Cuando tocas fondo dicen que sólo puedes salir hacia arriba, pero para el joven Rey de una nación en bancarrota las cosas parecían hundirse más y más cada día. Los tesoros se acababan y con su abuela en cama enferma decidió al fin ver las ventajas s...
Se encontró así mismo de rodillas, con las manos sobre sus piernas y la cabeza elevada hacia el Alfa más imponente que había conocido en su vida. El Rey de una nación en bancarrota que debió aceptar la indecente propuesta del apuesto hombre que lo veía con una sonrisa burlona. Nunca en su vida pensó que se encontraría en semejante situación, pero las circunstancias lo superaban, y no tuvo más remedio que dar el sí… mientras se tragaba el orgullo y dejaba que lo usarán como un objeto.
El Alfa se inclinó despacio hasta estar a unos centímetros de su rostro, y con la misma risa burlona le susurró al oído:
—De ahora en adelante me perteneces en cuerpo y alma—
Un elegante collar de oro incrustado con cientos de pequeños diamantes de colores fue colocado en su cuello por las manos contrarias. Era el símbolo de su compromiso, aunque en su caso iba mucho más allá… porque gracias a su acuerdo, acababa de perder la libertad. A partir de ese día empezaba su convivencia con el gobernante de los lobos negros.
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Kim Dan era el príncipe Omega más joven en haber sido coronado en toda la historia de su familia, y todo se debía a un fatal accidente que le había arrebatado la vida a sus padres y lo había dejado huérfano cuando tenía diez años. Y la falta de sus padres lo había hecho muy vulnerable, aunque afortunadamente no se había quedado del todo solo, y en cuestión de meses después de la muerte de sus progenitores, a su abuela le dieron el rol de regente mientras él cumplía la mayoría de edad.
Y aunque al principio las cosas marcharon bien, después de unos años las cosas empezaron a complicarse para ellos. Dan aún era muy joven para entender lo que sucedía, pero fue muy obvio que las arcas del reino empezaban a vaciarse, y que los consejeros reales eran los principales responsables de esa situación. Así que, cuando cumplió 17 años y vio como el 90% de esos traicioneras escapaban con los bolsillos llenos, entendió que estaba a punto de ser coronado como el Rey de una nación en bancarrota.
La ceremonia de coronación pasó de todos modos, como estaba planeada, a pesar de que estaban hasta el cuello en deudas, los pocos asesores que quedaban les habían recomendado hacer lo posible para aparentar que seguían siendo tan ricos y poderosos como siempre. Pero esto sólo agregó más deudas, y en un espacio de 10 años después de ese día, las cosas se salieron aún más de control.
Tres naciones vecinas, que habían patrocinado varios de sus proyectos, detuvieron sus colaboraciones y dejaron muy claro que querían al menos una parte del dinero que habían invertido. Así que el joven Dan tuvo que empezar a trabajar extra duro para ganar su confianza de nuevo, y aunque era encantador y muy hermoso, el momento llegó en que eso ya no fue suficiente.
El mundo se le vino encima, y entre su abuela y él tuvieron que deshacerse de varias valiosas piezas de la colección de joyas de la corona. Y aunque eso les ayudó a mantenerse a flote por un par de años, algo más pasó que hizo que las deudas quedarán en segundo plano, porque a su abuela le detectaron un extraño cáncer que hizo que fuera incapaz de seguir a su lado como consejera.
