|Σ Κ Ζ| - Capítulo δύο

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Lunes por la mañana y clase a primera hora. Yo me quería morir.

Subí las escaleras hasta la fila trasera de la clase como un zombie. Sophia aún no había llegado y así, si me quedaba dormida, tendría menos probabilidades de que el profesor se fijara en mí.

Casi todas las clases de esta universidad tenían las mesas colocadas de forma ascendente en escalones y estaban en dos hileras con un pasillo en medio. Eran mesas larguísimas con bancos.

Fui directamente a la mesa que quedaba al lado de la ventana y me senté mirando hacia la puerta mientras observaba como mis compañeros iban entrando.

Y, de repente, vi a Jisung, que escaneó la clase con la mirada hasta que la cruzó conmigo y puso una sonrisa de lado a lado. Empezó a subir por los escalones y entré en pánico, porque estaba claro que venía hacia mí.

Desde el domingo por la mañana, cuando me había ido pitando de su habitación, no le había visto ni hablado con él.

Cuando llegó a mi lado, se sentó y me colocó delante un vaso de plástico con té matcha mientras me daba los buenos días.

¿Cómo sabía que me encantaba este tipo de té?

Además, ¿por qué estaba tan guapo? Llevaba unos vaqueros y una simple chaqueta blanca, pero estaba impresionante.

—Todo lo buenos que pueden ser a estas horas —bromeé con una sonrisa mientras me incorporaba y cogía el vaso—. Gracias —le dije y le di un sorbo.

Mierda. Estaba perfecto de dulzor. Pero, ¿cómo?

Le miré con el ceño fruncido y vi como bebía su café. Parecía un Americano.

—¿Qué pasa? —me preguntó con una risa nerviosa en cuanto notó que estaba mirándole fijamente.

—¿Cómo me has traído el matcha perfecto?

—Ehh... bueno, coincidimos a veces en la cafetería y me he fijado en lo que pides. Eso es todo.

Se le sonrojaron las mejillas a medida que iba diciéndomelo. Y, vaaaya... ¿tanto se había podido fijar?

—Gracias, Hani —me limité a decir, dándole unas palmaditas en el antebrazo y dejando la mano encima.

Bajé en una caricia por su chaqueta hasta su mano y me dediqué a acariciarle el dorso con el índice mientras dibujaba círculos en su piel con la yema del dedo y bebía un poco más.

—Llevas mi sudadera —apuntó, centrando de nuevo su mirada en mí.

—Oh —reí mientras estiraba las mangas hasta que me cubrieron las manos. La había cogido por la mañana por no escoger ropa, porque la había dejado el domingo encima del escritorio de la habitación y estaba a mano, era calentita y cómoda—. Sí, lo siento. Debería de habértela devuelto.

—No, no, tranquila —se apresuró a decir—. No hay prisa.

Y, en ese momento, nuestro profesor entró en clase, haciendo que todos nos quedáramos en silencio antes de darle los buenos días.

—Además, me gusta como te queda —añadió en un susurro con una sonrisa que hizo que me diera un vuelco al corazón.

Y así seguimos en clase, hablando de vez en cuando mientras cogíamos apuntes. Me gustaba que me estuviese tratando como antes de que hubiera pasado algo entre nosotros, porque era una de las cosas que me había tenido preocupada; no quería que lo de Bangchan volviese a repetirse. No quería perder a otro amigo.

Al final de la clase, el profesor nos terminó mandando hacer un trabajo por parejas y Jisung no tardó en preguntarme si quería que lo hiciésemos juntos.

Sigma Kappa Zeta |Σ Κ Ζ| (Han Jisung, Bangchan & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora