Hoy era el día en el que había quedado con Hyunjin para que me sacara las fotografías para su trabajo de clase. Y, madre mía, ¡qué emocionada estaba! No cabía en mí de la alegría mientras llamaba al timbre de la fraternidad.
Hyunjin no tardó en aparecer en la puerta y lo saludé con una sonrisa de oreja a oreja, que no tardó en contagiársele.
—Hola, musa —me respondió, haciendo que me sonrojara por sus palabras. Quizás la palabra musa era un poco exagerada—. ¿Qué tal? —Se echó hacia un lado para dejarme pasar.
—Pues ahora un poco nerviosa —confesé mientras caminábamos por el pasillo de entrada.
—Tranquila, lo vas a hacer genial —me dijo, pasándome un brazo por los hombros para acercarme y darme un beso en la sien—. Así que sin presión.
Esa muestra de afecto hizo que recordara lo que Minho me había contado. Tenía que hablar con Hyunjin para aclarar las cosas, porque siempre había sido cariñoso conmigo, así que no tenía por qué significar nada.
Cuando llegamos al salón, vi que Bangchan estaba en uno de los sofás con su portátil, así que me alejé un momento de Hyunjin para ir a darle un beso a modo de saludo. Changbin y Felix estaban tumbados en el otro sofá, él último con la cabeza apoyada en el muslo de Changbin; así que les dije hola con la mano.
—¿Cuándo terminéis nos vemos un rato? —me preguntó mi novio y yo asentí con una sonrisa.
—No te preocupes, no te la voy a robar mucho tiempo —le respondió Hyunjin con una risita.
Le di un último beso a Bangchan antes de que Hyunjin me dirigiera escaleras arriba hacia la habitación libre del primer piso en la que tenía las cosas de pintura y fotografía.
Nunca había estado allí, así que en cuanto entramos y cerró la puerta, me puse a escanear la estancia. Me agaché para dejar mi bolsa junto a la puerta y me fijé en que tenía un montón de lienzos de cuadros terminados e inacabados apoyados contra las paredes y vi que había dos caballetes cerca de la ventana. En el escritorio que teníamos a la derecha descansaban una libreta y un maletín de pinturas y, en el centro de la habitación, había otra mesa cubierta por una sábana.
—He preparado la mesa para sacarte las fotos en ella —me dijo mientras sacaba la cámara de fotos de su bolsa.
—Hyunjin, ¿podemos hablar antes de empezar? —le dije un poco nerviosa, tenía que sacarme de la cabeza lo de que ha Hyunjin le gustaba, porque Minho no tenía ninguna razón para haberme mentido, pero me seguía pareciendo raro.
Quizás, simplemente, había malinterpretado la conversación.
—Claro, ¿qué pasa? —preguntó un poco confundido—. Tranquila, si es por los desnudos... no va a salir nada explícito.
—No, no. No es eso —lo corté—. Alguien de Sigma me ha dicho que escuchó una conversación que tuviste con Felix —dije por fin y él cerró los ojos un momento; supuse que sabía exactamente de lo que le estaba hablando.
—¿Y qué te han dicho exactamente?
—Solo quiero que me digas cómo te sientes, quiero oírlo directamente de ti, para que no haya ningún malentendido.
Se quedó callado, con la mirada fija en la cámara de fotos que sujetaba entre las manos.
—Hyunjin —lo llamé con la voz suave y caminé hacia él—. Sabes que puedes decirme lo que sea.
Coloqué la mano sobre su antebrazo y al fin conseguí que me mirara.
—Te echo de menos —confesó, dejando la cámara a un lado para entrelazar los dedos de nuestras manos.
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Sigma Kappa Zeta |Σ Κ Ζ| (Han Jisung, Bangchan & Tú)
FanfictionNunca te hubieras imaginado con quién ibas a acabar acostándote en una de las muchas fiestas de los chicos de la fraternidad Sigma Kappa Zeta. Y eso que ya habías pasado muy buenas noches en muchas de sus camas, pero ¿conseguiría Han Jisung lo que n...