|Σ Κ Ζ| - Capítulo τρία

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Me desperté, porque alguien estaba llamando a la puerta. Suponía que sería Lian que venía a buscar algo, así que me puse la sudadera de Jisung, di el último trago a la botella de agua que estaba en la mesita y fui directa a la puerta.

Los golpecitos contra la madera volvieron a sonar.

—Ya voy —dije mientras me ponía las chanclas que utilizaba para andar por la residencia.

Abrí la puerta y se me heló la sangre. Bangchan.

Dios, ¡tenía el pelo rubio! Joder, estaba guapísimo. Pero, ¿qué hacía aquí?

—Hola —saludó con una sonrisa nada más verme, que se le borró de la cara en cuanto centró la mirada en la sudadera que llevaba puesta y, de inmediato, se fijó en la cama.

Miré hacia atrás y, vaya, se notaba que Jisung estaba durmiendo desnudo. Cuando volví la mirada hacia Bangchan, se estaba agarrando el tabique de la nariz con los ojos cerrados.

—Solo venía a ver como estaba Han para pedirle disculpas —empezó a decir, abriendo los ojos de nuevo—, pero ya veo que está más que bien.

—Chan...

—¿Te has parado a pensar en algún momento en los sentimientos de la gente que te rodea?

—Yo...

—Es que me parece todo tan absurdo. No sé cómo te la puedo sudar tanto.

Oí cómo Jisung se revolvía en la cama, así que salí de mi habitación y cerré la puerta con cuidado. Al menos, el pasillo estaba desierto.

—Pensé que ya habíamos superado esta fase, Chan. Por esto mismo no funcionó.

—Ese es tu problema, que das por hecho que los demás sienten tan poco como tú. ¿Se te pasa siquiera por la cabeza cómo me siento cuando te veo con él o con Hyunjin? Si hasta me han dicho que te follaste a Changbin. ¿Te apetece alguien más de Sigma?

—¿Puedes dejar los celos de lado por un momento? ¿Es que tú no te has tirado a nadie desde que paramos de quedar?

—¡Lo he intentado! —contestó exasperado.

Me quedé pasmada en el sitio. ¿Qué coño quería decir con eso?

—¿Qué? —solté, poniendo una mueca de no estar entendiendo nada.

—Que lo he intentado, pero no podía dejar de pensar en ti cuando... Si no no se me... Que solo quiero estar contigo, ¡vale! No logro que nadie más me de lo que necesito.

Tenía que estar quedándose conmigo. O sea, no me creía que hubiera intentado tirarse a alguien y hubiera tenido que pensar en mí. ¡Madre mía!

—¿Te has imaginado que estabas conmigo mientras te follabas a otra? —dije sorprendida, más alto de lo que pretendía.

Soltó un quejido de frustración y se pasó las manos por la cara.

—Por favor, no... Olvida lo que he dicho. Déjalo —dijo y, cuando hizo amago de irse, lo agarré por la muñeca.

—Joder, Chan, no puedes decirme algo así y largarte.

No se movió ni un milímetro.

—No puedo pasar página tan fácilmente como tú —confesó, con la mirada fija en la moqueta del pasillo—. Yo no te he olvidado.

Me acerqué a él para ponerme delante suya y le puse las manos en las mejillas para que centrara su mirada en la mía.

—¿De verdad crees que te he olvidado? Fuiste tú el que me rechazaste, Chan. —Cerré los ojos mientras sentía una puntaza de dolor en el pecho al recordar el último día en el que nos habíamos visto; la discusión había sido terrible. Le miré de nuevo—. Tú tampoco deberías asumir cosas sobre mí.

Sigma Kappa Zeta |Σ Κ Ζ| (Han Jisung, Bangchan & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora