Pasaron siete semanas desde que Tao conoció a la segunda hija de su padre biológico. Desde que ella llegó, la vida de él ha ido mejorando, sintió que, al fin, encontró a aquella persona que comparte la misma vibra, la misma sintonía, y a veces, las...
—¿Se te ofrece algo? —volvió a preguntar el chico con un corte de cabello extraño y un gorro celeste sobre su cabeza. Llevaba puesto un uniforme colegial pero andaba en medias y su corbata estaba desajustada. —Si vendes galletas, a mamá le gustan las de chispas de chocolate.
—No vendo galletas.
Esas tres palabras fueron las primeras que solté desde que toqué la puerta. No sabía si era de mi edad (aunque su cara estaba tatuada "Tengo catorce años") pero su altura lo ayudaba a verse de alguien de dieciséis. Yo tenía que alzar ligeramente la cabeza para verlo a los ojos.
En el camino, no se me cruzó por la cabeza ninguna posibilidad de que la persona que abra la puerta sería un adolescente. Todos los sucesos que imaginé que podrían llegar a pasar empezaban con mi progenitor abriéndome la puerta.
Jamás, en mi vida, se me ocurrió que la puerta sería abierta por mi "hermanastro".
—Entonces... —el levantó una ceja confundido. Miró hacia mis costados buscando algo. Su movimiento fue tan repentino que me eché haciaatrás un tanto asustada. —¿Qué haces aquí?
Tomé una gran bocanada de aire antes de preguntar, lo que seguramente cambiaría la vida del chico frente a mi. —¿Ésta es la familia Xu?
—No, la familia Styles. —apuntó hacia un cartel al lado de la puerta "Familia Xu". Cerré mis ojos con fuerza ante tal torpe pregunta. —Oye, estoy apurado. Creo que... —se detuvo un momento al mirarfijamente mi cara. —¿Tienes un lunar ocular?
—Oye, más respeto a cómo le dices. —defendí mi ojo izquierdo. Al lado de mi pupila, tenía un pequeño (pero notable) lunar. Jamás me provocó ningún problema de visión, por suerte. Cuando fui al oftalmologo de niña, me dijeron que podía ser coincidencia, o era hereditario. —¿Hay un Señor Xu aquí? Necesito hablar con él.
—¿Por qué buscas a mi padre? —preguntó. En mi cabeza, por alguna torpe razón, creí que soltar de una la informaciónsería lo másfácil para mi.
—Porque también es el mio, en parte. "
CAST
Anabelle Davis La hermanita.
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