percibo una especie de barrera,
una cárcel en la letra,
un desvío de mirada,
sobre aquello que roza mi alma
y creo entender el porqué,
o al menos me es posible darle nombre:
el abismo del miedo
y todo lo que no deja a flote.
camino resignada sobre la decepción
un legado de huellas tan notorias
un trazado de pasos que sé de memoria
una conducta que es casi de receta
y predispone a mi corazón a otra grieta.
supongo entonces sin reparo
que estos latidos por demás cansados
todavía no se han de extinguir;
mas el sonido que emiten
y los oyentes que reciben
cantan aquel cruel destino
para mi, tan conocido
del desolador y tajante vacío
de no saber querer
o de siquiera suponer
que por mí cariño han sentido
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silencios
Randomse atoran entre mis labios los más agobiantes silencios y me ruegan de algún modo escapar. es este el medio donde los dejo volar.