CAPITULO 8

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Nos quedamos un rato mirándonos, pero no podemos ocultar las ganas que nos tenemos y nos empezamos a besar con mucha lengua. No paramos de besarnos y Philipp nos va llevando a la habitación en la que me había cambiado. Philipp para y me pregunta:

- ¿Quieres entregarme el tesorito? - pregunta sonriendo.

- ¿Tu qué crees? - digo volviendole a besar.

El me empuja encima de la cama, y me agarra una pierna para quitarme los tacones. Después el se saca la camiseta que se puso rato antes, se sube a la cama conmigo y me ayuda a quitarme el vestido.

El me ve con la lencería y...

- Joder, que buena estas... - dice subiéndose encima de mi.

- Te odio. - digo volviendole a besar.

Philipp va bajando sus besos hasta llegar a mi sujetador, el me mira y yo asiento. Philipp me deja las tetas al descubierto, continua bajando hasta mi tanguita negro, dejándome totalmente desnuda ante el.

- Te dejo las medias porque así te ves más sexi... - dice Philipp.

- Callate y follame. - ordeno.

Philipp me abre las piernas y se quita los pantalones y los bóxer. Sus abdominales se marcan mucho y sus bíceps.

- Joder... la tienes muy grande. - digo nerviosa.

- 26 centímetros. - dice mientras coloca mis piernas encima de sus hombros.

- Ten cuidado... -

Noto que Philipp roza la punta de su pene en mi clitoris y eso me empieza a dar placer.

- Quiero más, Philipp... - gimo.

Philipp va metiéndome poco a poco su pene.

- Estas... Muy apretada... - suelta en un gemido.

Y comienza a meterlo y a sacarlo.
No me duele mucho, pero Philipp aumenta la velocidad y todo el dolor se transforma en placer.

- Aaah... jodeeer... Aaah... -

Los huevos de Philipp se estampan en mi culo.

Rato después Philipp me dice que me ponga en cuatro.

- No me folles el culo, por ahí aun no. - le digo.

El me agarra de la cintura, y empieza a darme por atrás acompañándolo con nalgadas.

- Joder, Sarah... - dice mientras me da más fuerte.

- Philipp, Philipp, eso... Me gusta...-

Philipp al escucharme sube aún más la velocidad y me vuelve a dar la vuelta otra vez, pero esta vez agarrandome las tetas y aumentando la velocidad.

- ¡Asi, así... Jodeer! - gimo.

- ¡Eres mia, repitelo! -

- ¡Soy tuya, Philipp! - y el al escucharlo da penetraciones lentas pero duras.

Philipp sube su mano hasta mi cuello para darme más fuerte.

- ¡Philipp! - grito con los ojos en blanco.

- Dime... - responde sin parar de follarme, pero a la vez mirandome.

¡Joder! Philipp desde este ángulo se ve muy muy bien...

- ¿Te acuerdas de que es mi primera vez, verdad? - pregunto intentando a que no se me escape algún gemido.

- Si... - dice cogiendome de la teta mientras me continua penetrando.

De sirvienta a algo más Donde viven las historias. Descúbrelo ahora