Capítulo 27.

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Max había estado dando vueltas al hotel durante casi una hora, no le apetecía ir con sus amigos, sabía que ellos no le dejarían en paz hasta que les contara con detalle todo lo que había pasado entre él y Sergio y no estaba de humor para revivir aquella conversación ni para escuchar un sermón por parte de ellos. Así que su mejor opción había sido caminar hasta que sus piernas estuvieran tan adoloridas que no le quedara otra alternativa más que ir a la habitación de charles o George.

Después de andar un buen rato sintió que los dedos de los pies le hormigueaban a causa del dolor de tanto caminar, se detuvo, rendido ¿A dónde estaba dirigiéndose? Se dejo cae en el pasto del jardín, la verdad era que no tenía a donde ir, sintiéndose derrotado y muy agotado, rompió en llanto.

Había pasado casi una hora sentado en aquel jardín, le dolía el cuerpo y había comenzado a hacer algo de frio.

—¿Por qué no estas con Charles? —La voz de Sergio lo hizo girarse.

Después de haber echado a Max de la suite, se dio un baño e intento dormir, pero no había tenido éxito, no podía dejar de pensar en las palabras de Max, el no tenía ni idea del dolor que significaba perder a alguien tan importante y de haber tenido que revivir los recuerdos y el miedo cuando parecía que al fin estaba soltándolo.

Aquello había sido un gran retroceso para el proceso de sanación de Max y él lo sabía, el miedo después de vivir algo así eran válidos, pero tampoco podía dejar de lado el hecho de que había actuado sin pensar en las consecuencias, sin acudir primero a él y hablar de sus miedos.

Sabía que Max solía aislarse cuando algo lo atormentaba, así que pensó que quizá sería bueno enviarle un mensaje a Charles y preguntarle como se encontraba, para su sorpresa, Max no estaba con él, ni con George, así que decidió salir a buscarlo.

—Solo quería dar un paseo.

—Max, son casi las tres de la mañana ¿Por qué no fuiste con Charles o George?

—Necesitaba estar solo un rato, eso es todo, ya estaba a punto de ir con Charles.

Sergio vio a Max ponerse de pie y alejarse del jardín, Max estaba sufriendo, eso era evidente, por la pelea que habían tenido, porque él lo había echado o por que aun tenía muy presente los recuerdos del accidente, el no sabía.

—Max.

El neerlandés apenas se giró, Sergio lo jalo del brazo y lo beso, no fue un beso apasionado, sino mas bien uno cargado de culpa y perdón.

Sergio sintió las lagrimas cálidas de Max en sus mejillas y lo alejo un poco.

—Tienes que saber que traicionaste mi confianza Max —Sergio paso los pulgares por las mejillas de Max para secar las lágrimas— lo único que tenias que hacer era hablar conmigo y decirme como estabas sintiéndote, ambos podríamos haber encontrado una mejor solución y evitar esto.

—Hay días que recuerdo Julie, es inconsciente, algún olor, sonido o paisaje la traen de nuevo a mi memoria y me dan ganas de decirte, pero luego pienso que si te lo digo podrías creer que aún no he avanzado del todo, eso fue lo que me detuvo de contarte esto, no sabia como decirte que estaba teniendo sueños con novia muerta y contigo, que tu accidente revivió el de ella, no quiero que pienses que aun la amo.

—En realidad no quieres que piense que la amas mas de lo que amas a mí, porque tu aun la amas y es normal, ustedes no terminaron su relación, ella murió y su recuerdo es algo que siempre te acompañara y esta bien, no puedo decirte que la olvides y finjas que jamás existió —Sergio tomo las manos de Max entre las suyas— puedes hacerlo ¿sabes? Puedes decirme cuando esos olores, sonidos o paisajes la traigan de regreso a tu memoria, yo estaré encantado de escuchar sobre ella, de conocerla.

Crowns & Hummingbird. [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora