Acababa de volver del trabajo.
Ese día habia salido más temprano, quería volver a casa rápido para pasar tiempo con su familia.
Esperaba ver a su bella y amada esposa haciendo la cena, a sus hijos mayores viendo televisión tranquilamente y sin peleas de por medio y a su lindo y adorable hijo menor recibiendolo con un abrazo como los que solo el puede dar.
Pasó comprando un pastel de fresa con crema, le gustaba siempre llegar a casa con algún detalle, ya sea comida, juego, libro o bien algún objeto que se le haya hecho interesante.
Sabía que las fresas eran las favoritas tanto de su esposa como de su hijo mayor así que seguro les alegraba el día.
Entró a su casa siendo recibido por el cálido y acogedor ambiente.
Se quito los zapatos en la entrada y empezó a caminar al interior.
Pudo ver como los mellizos estaban en el sofá viendo televisión, susurrando en voz baja mientras se daban golpes discretamente, probablemente discutiendo sobre que canal ver.
Se les quedó viendo un rato, divertido por su actuar.
Debieron sentir su mirada ya que voltearon a verlo, al chocar sus miradas pudo ver una pizca de temor y una mirada de súplica mientras señalaban discretamente a su esposa y hacían una señal de silencio.
El solo asintió, a su esposa no le gustaba que sus hijos pelearán y si se enteraba seguro se enojaria y ella da mucho miedo enojada.
Por algo es una D.
- ¡Mamá, papá ya llegó! - grito el mayor de los mellizos.
- ¿Que traes ahí pa'? - le pregunto el rubio a su progenitor.
- ¿Eh?, ¿dónde? - preguntó el pecoso, su hermano señaló la bolsa en la mano izquierda de su padre - ¿qué es eso?.
- Pastel - les respondió simple.
- ¡Pastel! - el rostro de ambos chicos se iluminó ante la sola mención de un pastel.
- Bienvenido cariño - se escucho decir de una suave, dulce y melodiosa voz.
Por el marcó de la puerta que conectaba la cocina y la sala entró una hermosa mujer rubia pálido, de ojos cafés y pecas adornado su rostro.
Portgas D Rouge, su amada esposa y la madre de sus hijos.
- Estoy en casa - se acercó a su mujer y le dio un tierno beso en sus labios.
Oyeron a sus hijos haciendo falsos sonidos de asco,ambos rieron ante lo hecho por los chicos.
- Si bueno, ya se saludaron - dijo Sabo - ¿de que sabor es el pastel?
- ¿Pastel? - preguntó confundida la única mujer presente.
- Es de fresas con crema - respondió alzando la bolsa que lo traía para ponerlo frente a la femenina.
Vio como el rostro de su familia se iluminaba cuando mencionó el sabor.
Sonrió leve ante eso, le encantaba ver a su familia feliz.
- ¿Podemos comer el pastel ahora? - preguntó un entusiasmado Ace, le encantan las fresas y adoraba que su padre los concienta.
- Llama a Luffy, ire a cortarlo - le dijo a su esposo mientras tomaba el pastel en sus manos y se dirigia a la cocina con sus hijos detrás se ella.
Fue en ese momento en que se dio cuenta de que alguien faltaba.
Su lindo, tierno e adorable hijo menor, Luffy.
Ese niño al que le encanta dar y recibir afecto, ese que siempre que llega le da un abrazo y le dice cuanto lo ha extrañado en el día sin importar cuan tarde el llegara.
Por esa razón le fue raro no verlo junto a sus hermanos o que lo haya ido a recibir.
Fue a la cocina para preguntarle a su esposa si le pasaba algo a su rayito de sol.
- Rouge - llamó a su esposa, ella alzó la mirada del pastel que estaba a punto de cortar - ¿algo le pasa a Luffy? - preguntó con genuina preocupación.
- ¿Lo dices porque no vino a recibirte? - preguntó ella metiendo un fresa del pastel a su boca, él asintió viendo la mirada feliz que puso su esposa al comerse la fresa.
- Luffy está aburrido - contestó Ace haciendo lo mismo que su madre con su carita feliz.
- Al parecer Zoro ya no podrá jugar con el por las tardes ya que tiene clases de Kendo - le dijo Sabo quitando el pastel de en medio de ambos portgas o de lo contrario solo ellos se lo acabarían.
- Así que solo esta aburrido - repitió para sí mismo recibiendo un asentimiento de los demás - ire a ver que puedo hacer - empezó a caminar a las escaleras rumbo al segundo piso - ¡Sabo!, ¡quedas a cargo de cuidar el pastel! - le grito antes de subir las gradas - ¡no dejes que ellos se lo coman! - ambos pecosos bufaron ante eso, como si no tuvieran autocontrol.
- ¡De acuerdo Jefe! - le grito el rubio dando un saludo militar en su dirección.
Soltando una risa baja subió las escaleras rumbo a la habitación de su sol.
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N/A:
Esto originalmente era un os, pero nunca lo termine, literal no abrí ni leí este capítulo desde noviembre del año pasado. Sin embargo, cuando empecé a escribir está historia estaba llena de inspiración, escribí bastante y tenía mucha ilusión de terminarlo pero...No pude y al releerlo por casualidad no quería que esto quedará en el olvido sin haber visto la luz ni haberle dado una oportunidad así que, aquí lo tienen.Decidí dividir en partes lo que llevaba escrito y publicarlo, probablemente actualice seguido hasta que ya haya subido todo lo que había escrito y mientras eso sucede intentaré seguir escribiendo lo demás, en serio quiero terminarlo y espero le den apoyo <3.
Pdt: Está basado en un caso real, ojalá descubran cuál es mientras avanza.
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¿Por qué Dragon?
Fanfiction- ¿Por qué Dragon?, ¿por qué lo mataste? -... - ¿Te arrepientes de haberlo matado? - No, y volveria a hacerlo otra vez. * Los personajes de One piece no me pertenecen creditos a Eichiro Oda *