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Era un día soleado, un grupo de amigos se encontraba sentado en una mesa, comiendo helado y un postre para animar a su capitán que llevaba comportándose raro desde hace días. 

Hablaban de cualquier cosa que se les viniera a la mente, haciendo todo lo posible por ver sonreír a ese lindo chico que llamaban líder. 

- Luffy - llamó alegremente la chica de tatuaje - ¿quieres de mi helado? - le preguntó al ver que no había tocado su comida - no has tocado tu postre, ni tu carne. 

Cuando dijo eso vio como el menor se tenso visiblemente. 

- N-no es necesario Nami - dijo el del sombrero de paja a su amiga - no tengo hambre - les dijo viendo los rostros ligeramente sorprendidos y preocupados de sus amigos, pero no era su culpa, sólo no tenía apetito y no quería que su maestro lo regañara por comer de más. 

- ¿Seguro? - le preguntó dudosa recibiendo un asentimiento del menor - al menos come un poco de helado. 

Acercó el helado a la boca de su amigo esperando a que lo lamiera, éste no quería hacerlo pero al ver las miradas de sus nakamas fijas en él no le quedó más opción. 

Tímidamente sacó su lengua y dio una lamida rápida, avergonzado y asqueado por tal acto metió su lengua rápidamente. 

- Esta rico - le preguntó con ojos brillantes al pelinegro, esperando a que dijera que le pareció su helado con sabor a vainilla. 

- Si, esta rico - Luffy seguía tenso y eso todos lo notaron, a pesar de haberle dado una sonrisa a la peli-naranja todos notaron que no era sincera y parecía falsa. 

Lo dejaron pasar y apartaron la mirada del chico al verlo incómodo. 

- Uuh - Zoro vio como la comisura de los labios de su capitán se encontraba manchada de helado así que acercó su mano para limpiarla con su dedo pulgar. 

Cuando su pulgar chocó con la mejilla del oji-negro vio como este se alejo rápidamente tenso y nervioso pero también asustado. 

Esto se les hizo raro a todos los presentes, Luffy nunca había reaccionado así con ellos. 

- Luffy, ¿estas bien? - la voz de Chopper les hizo prestar más atención al Monkey, dándose cuenta de que parecía que tendría un ataque en cualquier momento. 

- S-s-si, solo me asuste - dijo intentando calmarse y no tener un ataque en ese mismo momento. 

Aunque por dentro tenía asco y ganas de vomitar. 

Recordó la voz de esa persona, su tacto y su risa maliciosa al hacer la misma acción que su compañero. 

" Luffy - lo llamó esa persona posando una mano en su mejilla - tu eres y serás solo mio, ¿verdad? - le dijo mientras limpiaba un poco de líquido blanco de la comisura de los labios del menor con su pulgar. 

Este no contestó, sólo se quedó quieto, temblando y aguantando las ganas de llorar y vomitar por lo que acababa de suceder.

- Dije, eres mío verdad - apretó su agarre en la mejilla contraria obteniendo un quejido de dolor que ignoro - si no respondes será peor para ti - una sonrisa macabra se posó en sus labios con sus ojos brillando en lujuria. 

Esa sonrisa sólo logró aterrarlo más y lágrimas empezaron a caer de sus bellos ojos. "

Recordar eso le traía malas sensaciones así que decidió guardarlo en el fondo de su cerebro y concentrarse en el presente junto a sus amigos. 

- ¿Estas seguro? - le pregunto Robin al ver cómo su capitán no paraba de temblar. 

- Si, mejor hablemos de otra cosa - les regalo una sonrisa para intentar calmarlos. 

Todos decidieron ignorar el tema por ese día aunque aún estaban dudosos del comportamiento creían que pronto dejaría de comportarse así. 

Pobres amigos, querían lo mejor para su líder, pero si hubieran intervenido en ese mismo momento tal vez las cosas no habrían llegado tan lejos. 

N/A:
Bien, ya sabemos más o menos un poco de lo que paso Lu, pero solo fue eso o... sufrió más? Les dejo con la duda, aunque creo que ya tienen la respuesta jsjs.

¿Por qué Dragon?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora