Entonces pasó una y otra vez momentos en los que regresé a su cuerpo, el día en que desperté y la gente me miraba extraño, me saludaba diferente, asistía a cursos de comunicación y mi tarde la pasaba con una chica loca ...
Estaba a mitad de una clase, en medio de un suspiro, una imagen llegó a mi mente; el espejo, su rostro, su tez un poco morena, sus ojos que apenas a la tenue luz de la mañana ¿verdes? ¿Dorados? ¿Amielados? No lo sé es difícil describir aquellos hermosos ojos, su cabello castaño como el chocolate, pero su expresión; era yo, su ceño fruncido no se veía natural, no era propio de él, ¿cómo será su rostro sin mi ceño fruncido destruyendo su amabilidad, porque debe ser amable, no lo dudo ni por un segundo, es amable, estaba en mi mundo cuando una compañera me sacudió con sonrisa simpática, pude ver que el salón estaba vacío, seguramente me quedé dormido, la chica salió después de dar una sonrisa burlona.
Maldita mi mala memoria que olvidó su rostro a los manitos de que salió del del salón de clase, pero, agradezco su amabilidad al despertarme, ¿sabrá ella que no la recuerdo?, nunca lo hago y, aun así, estoy seguro que es la misma, la única que en todo el tiempo ha sido amable, pero no recordaré su rostro...
Tomé mis cosas y me apresuré a salir del aula, el día no terminaba apenas eran las 8:40 de la mañana, todos salieron a comer, pero yo ya tuve suficiente de este día.
A decir verdad, tuve suficiente en el momento en que empecé a soñar, en el momento en que ese sueño era él con mi expresión, ¿cómo será de amable?
Me detengo a medio camino a casa, un pensamiento difuso, ¿Por qué hablo de él como si existiera?
— Eso es por qué... Él, él existe, lo hace, ahora lo sé, lo comprobé con mis hermanas que me preguntaban de mi extraño comportamiento, con mi madre que me miraba confundida, con mis compañeros y maestros que simpatizaban más conmigo y se alejaban con comentarios respecto a que soy igual que siempre, los días perdidos, los sueños largos.
Existe, y es amable, lo suficiente para agradar a casi todos, existe y pruebas irrefutables se volvieron las notas en mi agenda...
"Cotrina Muñoz, Milder"
Leí al llegar a casa en una de mis agendas, chico descuidado utilízalas para ello, noté que escribió su nombre de la misma manera en que yo lo escribí en su mano, y ahora él lo ponía en mi libreta, su letra era más cuidada, más limpia, la mía desordenada que me esforcé en cuidar para entender mejor, él parecía hacerlo
bien sin esfuerzo, como casi todo lo que yo no podía.
—Es real— una sonrisa fugaz apareció en mi rostro, aunque la mascarilla cubría la mitad de mi rostro por mis ojos se darían cuenta que tengo una sonrisa de extremo a extremo.
La sonrisa se apagó cuando recordé como escribí mi nombre, cuando mi madre hace tiempo me dijo que esa no era la forma de hacerlo y después escribía el suyo de la misma forma con una sonrisa, dejando claro que le gustaba como se veía en orden, ahora ese chico hacia lo mismo, ¿Acaso creía que se veía bien? ¿Estaba bien?
Entonces para colmo, además de amable, además de simpático... se podría decir que él era…
—un jodido desvergonzado, ¡pervertido!
cuando Mireyli me cuestionó porque me tocaba el estómago y el cuello frente al espejo, acariciándolos ¿qué clase de pervertido es?
El pellizcó en mi cintura tal vez para ver si era real, fue algo leve, mi piel suele dejar
esas marcas sin mucho esfuerzo.
— aun así... es ¿Amable? ¡PERVERTIDO APROVECHADO! ¡¡¡¡Entiendo que sea gay, pero es mi cuerpo!!! —grité desde mi habitación esperando que nadie escuchara-
Poco a poco, con el pasar de los días y analizar la situación me doy cuenta de lo que está pasando, Milder está en bachillerato, estudia para ser maestro de comunicación y vive en Celendín, aunque es de amazonas, vive con su hermano por ahora...
Dos o tres veces a la semana de repente intercambio lugares con Herlin que vive en algún distrito de Celendín, pasa cuando dormimos, la causa es desconocida, los recuerdos que quedan del intercambio se van desvaneciendo al despertar, pero no hay duda de que intercambiamos lugares las reacciones de la gente que nos rodea lo Comprueban, por eso... por eso decidimos establecer reglas, para proteger el estilo de vida del otro sobre todo hablando de la secuela superior en mi caso, y él en el instituto, cada uno dejó claro la actitud que debe seguir frente a todos, cosas que hayan pasado en el intercambio y una lista de cosas que no debemos hacer, también acordamos dejar notas en nuestros teléfonos los días que intercambiamos, parece molestarle realmente que usen sus agendas, para que podamos superar juntos esta situación extraña sin embargo, Milder cada vez que intercambiamos es tipo...
—¿QUE PASA CON ESTE CHICO?
—¿Acaso es realmente necesario que me acueste sin playera? ¿No se da cuenta del jodido frío que hace?
— ¡Maldita gripe que podrá darme!
—Ese chico que parece tan ordenado, tan limpio, tan pulcro, tan inteligente y amable frente a los demás en Celendín a excepción de su amiga Berza que parece conocerlo bien, ese chico que es un ejemplo para todos los demás y el deseo de las chicas, ese chico... ¡No es más que un pervertido sin remedio!
—Claro, dejé tantas notas como pude reclamando, y aun así de alguna u otra forma me encuentro con ese tipo de situaciones, yo amaneciendo sin camisa, con pequeños pellizcos en el cuerpo... Él no diría que son pellizcos sin duda, o los reclamos de mi hermana diciendo que el día anterior estaba “tocando" mi cuello.
—Milder, ¿Berza sabrá eso de ti?
—¡Maldición!
Así que, después de unos días dejé de hacerlo, después de que me pasara esos días en la habitación borrando y criticando a sus series y mangas gay y amenazándole que ir a decirle a Franco que me gusta, hizo caso, parece importarle realmente eso, realmente le importa dar esa imagen de chico perfecto... Lástima, los defectos pueden ser tan maravillosos, pero al menos ese es un límite que, debía dejar claro...
Los intercambios se volvieron rutina que olvidaba y que recordaba cada vez que el intercambio regresaba, con las notas puestas, bastante específicas...
Maldita rutina que comenzó de un sueño extraño y ahora sé que es real, tan real como el viento en la mañana, como el sol en la piel, como el agua en tus manos...
Es real, hace tiempo que a todo lo real le faltaba color...
Me gusta el color, el color que puedo percibir incluso sin los lentes, el respirar ahora es tan nuevo, tan increíble... Me pregunto si el vio esto como un sueño al inicio como yo, O por el contrario pensó en una pesadilla, no lo culparía, pero para mí es liberador.