Capítulo 5 "el hilo rojo"

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Si tengo que decir algo que odio de esto es no ver claro, nunca pensé en ello, veía a los chicos que usaban lentes y creía que era fenomenal, ahora lo entiendo un poco más, que molesto debe ser para ellos no poder ver la maravillosa de la mañana, así no me extraña que en la mayoría de las fotos tenga el ceño fruncido, también estaría molesto si lo primero que veo al despertar fuera un montón de cosas borrosas... Y con lo bonitos que son sus ojos
—¿Qué caso tiene que sean tan lindos si no los puede disfrutar? Me alegra que al menos pueda ver bien cuando es yo.
Tras encontrar los lentes más cerca de la cama que las últimas veces, me levanté y me apresuré a vestirme, esta vez frente al armario dejó una nota "hoy toca usar la bata blanca tenemos clase de farmacología"
Es vergonzoso admitirlo, pero mi parte favorita del intercambio es que puedo ser capaz de tocar su piel, no recuerdo una piel tan blanca y delicada, tan sensible, es muy suave, me avergüenza saber que me han descubierto pero su piel es una dulce tentación, me apena con solo pensar que que él sabe que lo disfruto hacerlo y bi no me llamen pervertido, pero... ya veo porque en mis series todos prefieren el contacto físico...  déjenme contar que cierta vez me reprendió porque me puse una crema en sus piernas, fue la única forma que encontré de tocarlo sin parecer pervertido, pero eso no es algo que él haga así que fui descubierto.
Acabo de descubrir que es una tentación peligrosa, como dije no recuerdo una piel tan linda en un chico, salvo los tailandeses o en los mangas que he leído, pero nunca lo he sentido tan real, las chicas suelen cuidar su piel de forma constante, lo sé porque mi hermana suele hacer eso, pero él, él tiene una piel hermosa sin esfuerzo, ¿ya dije que es delicada?, como olvidar que en clase perdí el control en sus manos mientras tomaba apuntes de química unos cuantos toques con el lápiz provocaron una pequeña mancha roja, al verla no pude evitar pensar si toda su piel era igual, sin querer me encontré acariciando su vientre, dejando pellizcos... no se si alguien notó ese extraño comportamiento pero déjenme decirles que sólo así confirmé que su piel es delicada, tras unos límites de su parte me vi en la necesidad de abandonar aquellos juegos, dejó claro su molestia al negarse a salir de mi casa y borrar mis series y mangas, no pude más que entender el mensaje
Eso es bueno, porque estaba a punto de explorar su cuerpo más que solo su cintura...
apenas salí de la habitación una figura femenina me esperaba era su hermana Mireyli, sosteniendo con ambas manos una taza de chocolate, aún está en pijama, con la mirada le hice notar su vestimenta.
—nos haremos tarde!! Que haces con la pijama puesta Mireyli
Ella solo me miró extrañada, su expresión burlática lo decía todo, revisé el celular de Herlin, tal vez tiene razón de burlarse...
—Hoy no hay clases —río tomando su taza de chocolate— ¿lo olvidaste?
—claro que lo olvidé, deja de reírte Mireyli —entré en la habitación y me quité la ropa... tenía ganas de volver a pellizcar aquella cintura delgada... pero no hay tiempo, me coloqué una polera gris y un pantalón suelto lo suficiente cómodo para estar en casa, casi me descubren, pero, nunca se sabe cuándo es el intercambio, uno nunca es consciente de ello.
volví a salir de la habitación y me dirigí a la cocina, no... quería decir nada al respecto, pero su hermana se encargó de informarles a los demás mi equivocación...
suspiré y me senté en la mesa
—Entonces, al parecer no iré al instituto hoy...
—es feriado, pero, igual saldremos como todos los años, ¿no recuerdas?
—Ah... sí solo creí que... no importa
Su madre se está preparando, está atando el cabello con un lazo rojo, lazo parecido al que lleva él en la muñeca, algo que puedo ver en ella es que siempre tiene una sonrisa amable, dulce, no charlamos mucho pero cuando lo hacemos siempre presta bastante atención, en realidad yo nunca sé que decir, es una mujer que adora a su familia y sus tradiciones, se esfuerza tejiendo diferentes lazos, alfombras y muchas cosas más, quise saber si el que llevaba puesto ahora se lo dio ella, pero no encontré la forma de preguntarlo sin parecer estúpido.
Sería mentira si dijera que puedo peinarme, su cabello no es muy largo, pero tiene un volumen algo grande por lo que es difícil controlarlo, quería usar gel, pero el me lo prohibió, no había dado importancia al lazo rojo de su muñeca hasta ahora, pero, por las fotos queda claro que nunca se lo quita solo para bañarse.
Analí y Mireyli también se atan el cabello con ello, mientras que yo lo uso en la muñeca izquierda atado al dedo meñique, recuerdo cuando en un intercambio me desperté mientras todos acomodaban fotos, al parecer llevaban un par de días haciéndolo y tan mala suerte tuve que me toco limpieza.
Me pareció extraño, en la casa hay un altar, la foto de una bella mujer de cabello negro y mirada coqueta, con mejillas sonrojadas, un aura amable como su mamá.
Pues bien, esa mujer bella es su hermana, no es difícil adivinar.
Al observar las fotos que estaban en la sala me encontré con una en singular era la foto de un hombre; bastante parecido a Herlin, pero con el cabello más largo, supuse de inmediato que era o su padre o su Tío, tomé la foto para mirarla más de cerca, pero, se me arrebató de inmediato.
—Deja eso, terminamos nenes.
—Pero mamá...
—¿Qué cariño? la dulzura con la que se dirige me descoloca por completo
—Cielo, sabes que los ilusiona-
hace seña de silencio mientras su mirada se dirige a las dos figuras femeninas que entran en la sala, mi madre solo guardó rápidamente las fotos; fue ahí cuando entendí que el hombre de las fotos es su padre, y él sabe todo, hay cierta complicidad en su mirada, debe ser para no abrir más las heridas de sus hermanas.
Así salimos, yo cargando una mochila, y mamá una bolsa, pensé que Analí vendría, pero mí, su mamá me explico que Analí tendría que trabajar así que no asistiría Mireyli había pedido permiso además no se perdería la gran caminata que ya estaba planeado... No es queja, pero claro, es
mucho más pesado esos caminos sin sentido.
Al principio solo cruzamos el pueblo, en medio de saludos, debo decir, cuando me saludaban titubeaban, como indecisos, gracias al cielo la mascarilla ocultaba mi nerviosismo....
Me temo que Herlin no tiene amigos, pero, que puedo decir yo que sólo tengo una que me conoce.
Tomé la mano de su hermana, ella no se niega ni se quita, pero se sorprende un poco, es una chica muy animado y curiosa, todo quiere ver, todo quiere conocer, y yo percibo cierta esperanza en su alegría por saltar... Podría perderme en las hojas verdes de los árboles, en el azul del cielo, en la brisa
del viento, pero me pierdo en la sonrisa y voz de su familia, en sus ojos y en sus conversaciones, añoro la libertad de las aves y entonces con pasos adormecidos me di cuenta que soy ave de jaula, un canario encerrado y estos momentos me hacen libre, libre incluso de mí.

Your name, the red thread and the arrival of the green cometDonde viven las historias. Descúbrelo ahora