Hemos caminado por un largo rato, mis pies empiezan a cansarse, no es mi culpa simplemente no estoy acostumbrado a largas caminatas por senderos difíciles.
Traté de distraerme de ello en medio del silencio, el cansancio tan pronto no es bueno.
—Madre... ¿falta mucho? — solté a Mireyli un segundo mientras ella se tomaba fotos.
—Un poco, el camino debe ser difícil para que valga la pena, nada lo suficientemente bueno es fácil de conseguir.
—Ya veo... Y, ¿a dónde vamos?
—Oh, Herlin cariño ya sabes a donde vamos, al altar del Padre eterno, no podemos olvidarnos de nuestro Santo Patrón, él es quien nos protege, nos hace parte de esta tierra
—¿Quién lo olvida?
—Todos, lo que queda de su historia no es más que protección y cuentos.
—¿Tiene algo que ver con los lazos?
—Unión...
—¿mamá?
—Conectar con las personas, los hilos que trenzamos son un lazo con él y con el universo, una parte del Padre eterno, representa el paso del tiempo mismo, los hilos se acomodan y toman forma, se enredan y se retuercen a veces se desenredan se rompen y se vuelven a conectar eso es una unión; es el tiempo.
—¿Cómo es esto no logro entenderte? —Dije mientras levantaba la mano donde tenía atado el lazo, ella me miró un segundo, se adelantó unos pasos y subió la manga dejando ver un lazo bastante similar.
—Si, como ese que tienes tu, tus hermanas y yo... pero, me gusta pensar que estos son más especiales, estos nos mantienen unidos no sólo al Padre eterno y al mismo tiempo, nos une a nuestros ancestros y a nuestras personas especiales...-observe la forma en la que estaba tejido el lazo, no solo tenía rojo, también, tenía unos hilos demasiado finos de color azul y amarillo, aun así, no lograba comprender del todo bien.
Cuando ella se acercó, vi preocupación en su mirada, tomó mi mano, se quitó el lazo de su cabello y fue cuando noté que los lazos aún más parecidos.
—El lazo representa unión, representa conectar, pero la verdad es que muchas veces se rompen, sin embargo, ni la muerte puede quebrar el lazo que nos une a cada persona, el lazo también es llamado el hilo rojo del destino...
Ella me sonrió, Mireyli gritó, pues ya estaba más adelantada, siguió caminando, —Dios, es muy rápida
no la alcance hasta unos minutos después, mi pensamiento estaba perdido en ese lazo, en la información que se me había dado y que no era para mí, me robe ese momento que le pertenecía a Herlin, pero algo me dice que eso ya lo sabe.
Seguimos el camino, tuve que ayudarle con las bolsas a Mireyli, es chica y se cansó antes de tiempo.
Subimos por un camino demasiado alpinos, pensé que tendríamos que caminar más, pero me sorprendí al ver que se detuvo, bajé las bolsas para descansar un poco.
Estábamos en lo alto, podía ver el pueblo a lo lejos, la laguna de Sorochuco, resplandeciente con el sol, moviéndose levemente, los árboles siguiendo ese movimiento, el cielo pintándose de un rosa con anaranjado.
Mi, su madre miró un momento y después empezó a bajar por el otro lado, ambos le seguimos...
Mientras bajábamos vi que había una pampa plana, como el paso perfecto para un pueblo, una meseta llena de distintos tonos de verde, tomé las bolsas y comencé a bajar.
Después de pasar la laguna continuamos caminado, por el camino había un frondoso árbol, un pequeño despliegue de agua casi como un río a la mitad, lo cruzamos a pasos ligeros era apenas un arroyo con piedras, las flores silvestres que había en el lugar daban más puntos a lo tranquilo de todo.
Cuando cruzamos por el arroyo mi madre empezó a contar:
—Hacia adelante esta el más allá, es el inframundo, para regresar a este mundo tienes que dejar atrás lo más importante para ti... La chicha de Jora
Dijo eso con un tono de misterio y continuó hasta que entramos al lugar, una especie de pequeña cueva abierta bajo el hualanco Seco y viejo, lo suficiente ambientada.
Solo podía ingresar una persona, Mireyli y Analí ya lo habían hecho me tocaba a mí, me adentré con algo de miedo y a la vez triste me sentí mal que Herlin solo lo haya preparado y yo robarme su protagonismo, pero nadie debería enterarse, mientras caminaba recordé que mamá dijo que antes había un altar, pude ver lo antiguo que era, hecho con piedras y demás cosas, pero tenía todo lo necesario, arreglé un poco el lugar, y desde afuera ella me gritó:
—la chicha debe ponerse a los pies del santito, no lo olvides hijo.
—esta Chicha es la mitad de ti, tiene la mitad de ti para poder unirnos con el dios, para poder conectarnos y crear un vínculo.
Dicho eso saqué de la mochila 4 botellas que estaban finamente envueltos, le ofrecí la ofrenda al Santo en nombre de Analí, Mireyli y Maribel su mamá, con gran esperanza, me arrodillé ante la imagen e hice 4 oraciones, en cada una poniendo la petición de mis hermanas, mamá y la mía junto a la de Herlin, después de aquello me levanté de camino a la salida.
Al salir, el cielo estaba cada vez más rosa que naranja, cruzamos el arroyo nuevamente y nos quedamos en la cima mirando el atardecer, el atardecer más bello que había visto
—¡Es el ocaso! —gritó entusiasmada Mireyli mientras tomaba fotos con su Samsung.
su mamá se acercó a mi lado mientras veíamos a Mireyli tomarse y tomar fotos del atardecer y mientras mirábamos el cielo revisó la hora de su celular eran las 6:40 de la tarde al parecer apagó su celular y se centró en el lado noreste del cielo.
—Tal vez se vea el cometa...
—¿El cometa? ¿Cuál cometa?
La mire con ¿miedo? En ese momento que ella mencionara un cometa me provocó un escalofrío, los sentidos se me enfocaron en verla.
Ella giro despacio hasta encontrarse con mi mirada, reflejaba confusión y entendimiento al mismo tiempo, esos segundos fueron tormentosos para mí, pero Maribel su madre se acercó a mí y me dijo...
—Herlin... Herlin ¿estas soñando verdad?
En ese segundo sus labios sentenciaron, sentí como si su voz me regresará a un camino de realidad o imaginación, su voz sonaba lejano y con eco, no lo sé...
—¡Ah! — su pregunta me llevó de vuelta, a mi cuerpo.
Me desperté con lágrimas cayendo de mis ojos, de un miedo incesante, con mi corazón latiendo fuerte como si fuera una pesadilla...
Mi celular sonó, una alarma, limpié mis ojos aún confundido y lo tomé para revisar.