Rain

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Logré visualizar mi casa, la verdad no era tan grande como la de lizzy. La casa de esa chica si que era una mansión, pero la mía era de 2 pisos, con un pequeño jardín. No me quejaba, era linda, mi familia y yo éramos de clase media - alta. No eramos ricos pero si que teníamos algo de dinero.

Al llegar a casa, la primera en recibirme, fue mi madre, quien estaba de brazos cruzados. Era una mujer alta, de compleccion delgada, cabello corto,  siendo honesto era hermosa, pero cuando se enojaba podía congelar hasta el infierno. Como en ese momento, que esperaba que dijera algo, así que decidí romper aquel tenso silencio que nos estaba envolviendo.

—Hola madre.— me acerque y bese su mejilla.

—¿Cómo que estuviste en detención?— me miró aún sería.

—Es que... —suspiré pesadamente— estaba en clase de física, pero, me quedé hundido en mis pensamientos y no me di cuenta de que el profesor me estaba hablando, hasta que me grito y me mandó a detención.— agache la mirada.

— ¿Y se puede saber en que estabas pensando?— pregunto, con ironía.

Sabía que si le decía que, cómo sería vivir en Londres me mataría. Así que decidí tocar un tema muy delicado para mi, que solo ella y yo conocimos.

—En lo de hace 2 años... los comentarios de mis abuelos... a veces vienen de la nada y atacan mis pensamientos— se que no estaba pensando en ello, pero, en parte hablaba con la verdad, habían días en los que esos comentarios de mis abuelos me afectaban como nadie se podía imaginar.

Mi madre me miro,se aserco lentamente y me abrazó.

—Ya te dije que tienes que superar eso, ya han pasado dos años cariño.— su voz está vez sono mas reconfortante y dulce.

—Lo sé —agache la cabeza.

—Bueno ve a cambiarte y avisales a tus hermanas que ya bajen a comer.

Asentí con la cabeza, y subí al segundo piso. Toque la puerta de la habitación de mis dos hermanas y les dije lo que dijo mi madre para después irme a la mía.
Entre a mi habitación, deje mi mochila en su lugar, y me fui a dar una ducha rápida. Al salir, me coloque una playera negra de manga corta y unos pantalones del mismo color y unos tenis blancos.
Salí de mi habitación y baje a comer.

—Hasta que porfin te bañaste.— comentó mi hermana, la mayor, Charlotte.

—Ja, ja, que graciosa— le puse los ojos en blanco y tome asiento— ¿Qué hicieron de comer?

—Comida.— contestó Evelyn, mi hermana menor.

—Hoy amanecieron muy graciosas ¿No?—mire a ambas con mala cara.

—Y al parecer tu amaneciste de mal humor ¿no?— contrataco Charlotte, le hiba a contestar pero mi madre apareció sirviendo los platos de comida.

—Ya, calmense, les prepare lasaña.

La lasaña era mi comida favorita, era tan deliciosa que jamás me podría negar a comer aunque sea una pequeña porción. Comenzamos a comer tranquilamente, Charlotte nos comentó su día en la universidad y que pronto tendría exámenes y Evelyn los problemas que tenía con sus compañeras de clase.
Charlotte tenía 18 años, Evelyn 13 y yo 16. Eran unas hermanas grandiosas, las quería mucho, pero aveces podrían a llegar a ser muy pesadas y más cuando se unían para molestarme. Pero era raro que se llevarán bien entre ellas, ya que eran muy diferentes, en cambio yo, me llevaba bien con ambas, pero aun más con la mayor, claro cuando estamos de buen humor, al igual que con Evelyn pero, con sus cambios de humor a veces ni mis padres la podían aguantar.
Terminamos de comer, ayude a mi madre a lavar los trastes, mientras Charlotte los iba secando y guardando, y Eve, limpiaba la mesa.
Terminamos y me fui a mi habitación pidiendo que de favor no me molestaran, ya que tenia demaciadas tareas por hacer.

Cerré mi habitación, y me dirigí a mi escritorio, sacando el cuaderno de matemáticas, mientras en mis auriculares sonaba Brújula - Siddhartha.
Siddhartha era un cantante Méxicano, no era muy reconocido pero, joder, sus canciones eran bellísimas, su género músical era el Rock Indie, un rock tranquilo.
Termine mi tarea de matemáticas y comencé con la de literatura, pero antes de seguir sonó la notificación de mi celular, era un mensaje de Lizzy.

Lizzy
Rain, ¿Cómo estás? ¿Te regañaron?

Rain
Hola, tranquila, estoy bien ¿OK?

Lizzy
Hay, que bueno, eso me alegra mucho

Rain
Si, no te preocupes  ¿vale?

Rain
¿Ya saliste de la escuela?

Lizzy
No, aun no, me quedan dos horas de clase, ya me aburrí

Rain
Jajaja, ni modo

Rain
Bueno loca, te escribo al rato ¿si? Tengo que acabar tareas, pones atención
Bye

Lizzy

Vale, bye, te quiero

Rain
Y yo a ti.


Después de dos horas termine mis tareas, guarde mis libretas en mi mochila y me acosté un rato en mi cama, aún con los auriculares puestos. Cuando de la nada alguien se me vino a mi cabeza, alguien que no conocía y solo lo vi por unos segundos. Se me vino a la cabeza el chico con los cuadernos en las manos mientras corría al instituto, me levante de mi cama y del mueble que estaba a lado, saqué un blog de dibujo que tenía.
Y entonces comencé a trazar a ese chico, empecé primero con un boceto de tu rostro, cubriendo sierta parte de el con sus libretas. Estuve un rato dibujando a aquel chico, hasta que escuché la voz de mi padre, así que volví a guardar mi blog y salí de la habitación para ir a saludarlo.

Cuando baje, vi a mi padre en la cocina hablando con mi madre, para mi, era costumbre siempre verlos en la cocina, pero esta vez se me hizo extraño y no sabía el porqué, me adentre a la cocina a paso lento.

—Hola padre— Salude nervioso, le di un pequeño abrazo y me separe de él.

—Rain— saludo.

Me quedé hay un momento y sabía que algo malo pasaba pues el ambiente se volvía algo tenso, mi madre me miraba con preocupación pero, la cara de mi padre me decía otra cosa, en el se reflejaba algo de alegría y emoción.

—¿Pasa algo?— pregunte, rompiendo el silencio.

Mi padre me sonrió, y mi madre fingió una sonrisa.

—¡Tus abuelos vendrán a visitarnos!— anunció mi padre felizmente.

Oh no...
Mi corazón comenzó a bombear más rápido de lo normal, sentí una opresión en el pecho. Pero tenía que ponerme esa máscara que siempre mostraba hace dos años diciendo que estaba bien, pero que detrás de aquella máscara, había un Rain destruido.

—¿E-enserio? Genial...— fingí una sonrisa convincente, que hasta mi madre se creyó porque su cara de sorpresa me lo demostró— Bueno los dejo, aun tengo tarea, pasen linda noche,  descansen.

No espere respuesta y salí de la cocina, a paso rápido, hasta llegar a mi habitación, la cual cerré con seguro.
Tuve un leve mareo que ocaciono que callará al suelo, como pude me arraste hasta el rincón del cuarto. Abracé mis piernas, mientras pensamientos invadían mi cabeza.
No... porfavor no... ellos no. Ellos no.
Me repetía una y otra y otra vez en mi cabeza.

Todo a mi alrededor se comenzó a ver borroso, obscuro. Mientras dentro de mi había una voz recordándome todo lo que había pasado.

La ansiedad volvió esa noche. Cuando creí que ya la había vencido.

the ruins of the pastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora