James

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Salí del instituto en compañía de Lizzy, era una amiga que conocía ya de tiempo, pero antes no solíamos hablar mucho, hasta hace un año, que empezamos a hablar un poco más. Y como vivíamos bastante cerca, decidimos regresar nos juntos.
Era ya de noche, el aire golpeaba suavemente nuestros rostros, pero cuando observe unos segundos a Lizzy, en su rostro se reflejaba preocupación.
Pero yo era alguien tímido, y no me hubiera atrevido a preguntar, pero su rostro en verdad mostraba, preocupación y miedo, así que decidí romper el silencio.

—¿Todo bien, liz?— ella me volteo a ver, y me sonrió. Claramente una sonrisa falsa.

—Estoy bien.— me miro, y solto una risita—¿Porqué lo dices?

—Te vez... preocupada— puse una mueca, iba a decirme algo pero la interrumpi— se que aún no tenemos mucha confianza,  pero soy bueno escuchando, y tal vez podría ayudarte.

Agacho la cabeza un momento, y nos detuvimos delante de una casa de color blanco.

—Es... es mi mejor amigo. —soltó un suspiro, y me miro, reteniendo lágrimas en esos ojos verdosos— el... tiene muchos problemas, familiares, psicológicos, y demás... de echo hoy lo mandaron a detención y me aterra que lo... agredan

—¿S-sus padres? —pregunte, con algo de angustia

—Si... sobre todo su padre— miro hacía aquella casa en la que nos detuvimos y sacó algo de su mochila— pero hoy... no se, tengo un mal presentimiento, siento por alguna extraña razón que esta mal. Así que, le vine a traer un regalo.

—¿Puedo ver? — ella asiento con la cabeza, y me mostró, era un libro, heartstopper.—¡ese libro es hermoso!

— Si, el es amante a los libros, y se que este es distinto a los que lee, pero sé que le alegraré la noche. — le sonreí, Lizzy era una chica maravillosa y ahora descubrí que también una buena amiga. Observe de nuevo el libro, y entre las páginas se veía algo.

—¿Qué es eso?— pregunte, señalando lo que sobresalía del libro.

—Oh... bueno, el también, no es que tenga mucho dinero, no digo que sea pobre, ya que sus padres tienen algo de dinero, pero casi no le dan nada. Así que también le estoy dando un poco de dinero para que se compre algo.

Vaya, en verdad que era una excelente y maravillosa amiga.

—Dame un momento ¿si?

Acomodo los billetes para que no salieron de libro, y toco a la puerta. Al parecer salió la madre del chico y recibió el regalo con amabilidad.

Después de eso volvimos a retomar camino asía nuestras casas.
Me despedí de ella, dándole un pequeño abrazó.

Llegue a casa, salude a mi madre, a mi padre y a mis dos hermanos. Subí hasta mi habitación y dejé mis cosas, para después volver a bajar, ya que podría morir de hambre en cualquier momento.  Pero cuando baje, mi madre ne estaba esperando en la cocina.

—James, ¿De nuevo te despertaste tarde? — me encogí de hombros y asentí con la cabeza.

—Es que en verdad no escuche el despertador

—Siempre es lo mismo James, para la próxima no te despertaré y aver que haces—me miró sería — y si llegas a faltar, con quien vas a tener que hablar será con tu padre— me amenazó y asentí con la cabeza.

—Si madre... lo siento.

Después de ello, me dio mi cena y subí a mi habitación, pues tenía que hacer varias tareas.

Termine de cenar y fui a dejar mis platos a la cocina. Ya que a esas horas los empleados de la casa, ya no estaban disponibles.

También termine mi tarea y me metí a dar un baño. Cuando sentí las gotas del agua caliente resbalando sobre mi cabeza me relaje y me comencé a bañar tranquilamente, cuando recordé lo que me había contado Liz acerca de su mejor amigo. Su situación del chico era algo tristeza pero tenía una gran amiga. Y esperaba de todo corazón que le hubiese gustado el regalo de Lizzy.

Salí de bañarme ya con el pijama puesto y me acosté en la cama, colocandome mis auriculares y tomando mi laptop para ver unos videos antes de ir a dormir.

the ruins of the pastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora