Capítulo XIII

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Tratemos de olvidar lo que paso 

Cuando me despierto después de unas horas, me siento algo mareada, al abrir los ojos tengo la mirada borrosa. Trato de enfocar un punto en específico y me quedo petrificada cuando mi vista logra aclararse.

Estoy en la enfermería, acostada en una de las camillas, a mi lado veo otro cuerpo y por su aroma rápidamente se quién es.

Me levanto lentamente tratando de hacer menos real lo que mis ojos ven, pero cuando estoy completamente levantada veo todo con más claridad. Seong-jin esta acostado, inconsciente. Empiezo a sentir como mi respiración se acelera, mi menta comienza a pensar todo lo peor que puede pasar y eso me aterra.

Recuerdo los últimos momentos con Seong-jin, recuerdo perfectamente que bebí de su sangre y que este inconsciente me hace pensar lo peor. No puede ser posible que este en proceso de transición, no puede ser posible que yo lo haya mordido.

Me bajo de la camilla para examinar más de cerca su cuerpo, veo la marca de mis colmillos en su mano, aún se puede apreciar la sangre seca en su piel. No puedo ni siguiera tocarlo porque siento que estoy irrumpiendo la tranquilidad de su sueño.

Empiezo a sentir como mis ojos se comienzan a cristalizar, lo que más temía se hizo realidad y estaré por toda mi eternidad arrepentida.

Me quedo quieta cuando siento una presencia detrás de mí, observándome en silencio y se perfectamente quien es.

– ¿Cuánto tiempo lleva inconsciente? – pregunté sin darme vuelta, no quería que me viera llorando.

– Exactamente han pasado tres horas desde que los encontramos – expresó Jeong, por el tono de su voz, sabía que estaba enojado – no te preocupes por las marcas, solo las vio tu abuelo y el maestro Min – cuando nombró a mi abuelo no me importó que viera mi estado, me di media vuelta y lo miré fijamente.

– ¿Mi abuelo está aquí? – pregunté.

– Y tu madre y padre también, te están esperando en el sótano – finalizó y salió de la habitación, dejándome con mucho más terror del que tenía.

Antes de salir de la enfermería le di unas ultimas miradas a Seong-jin y le dije cerca de su oído "lo siento", luego le di un beso en su frente y salí de la habitación dirigiéndome hacia el sótano, donde me esperaban mis padres.

Cuando llegué a la puerta del sótano, reconsideré muchas veces si entraba o escapaba, la segunda opción me seguía pareciendo las más factible, si huía las probabilidades de que me encontraran eran nulas, pero tampoco quería vivir escondida, eso no era vida y aunque la culpa me consumiera por la eternidad, no quería escapar sin saber cómo sería su vida, si me odiaría cuando despertase siendo eso.

Me sorprendo de lo tan absorta que estaba en mis pensamientos porque cuando levanto la mirada me encuentro con la de mi abuelo, está mirándome fijamente sin ningún tipo de expresión en su rostro, pero sus ojos decían más que mil palabras, estaba enojado, eso era seguro.

– Entra – lo escucho hablar, se hace a un lado y ingreso a la pequeña habitación.

Cuando estoy adentro veo a mis padres, mi madre me mira con tristeza en cambio la expresión de mi padre es de temor y ambas me sorprenden, pensé que al entrar aquí escucharía sus gritos, pero no, los veo un tanto calmados.

– ¿Nos cuentas como paso, hija? – pregunta mi madre.

Exhalo todo el aire que estaba reteniendo y comienzo a relatarles todo lo sucedido.

– Si no hubiera caído esa gota de sangre yo no hubiera tenido ganas de morderlo, lo juro – chillé, mientras estaba contando lo que paso no había podido evitar llorar, contarlo lo hacía más real y que fuera real me dolía demasiado.

New Moon "La primera estrella que destaca"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora