38

1.2K 114 3
                                    

Estaba echa un mar de lágrimas.

Al entrar a la galería de mi computador, vi millones de fotos. En ellas estaba el pelinegro, Gustav, Ana e incluso mi madre.
Me veía feliz... ¿Entonces mi padre mintió?

En varias fotos salia la silueta del chico de mi dibujo ¿Pero quien era en realidad?

Al caer la noche rogaba por quedarme dormida, me ponía de pie y caminaba por la habitacion. Me era imposible dormir pero quería hacerlo.

—Emma, tus coletas son raras... Emma la rara

La voz infantil de un niño sonó al fondo.

—Nosotros somos los reyes y tu el mendigo que intentará robarle las joyas a Emma —un niño pelinegro de piel blanca beso mi mejilla.

—Niños es hora de la comida.

Esa voz...

Me encontraba en una casa. No cualquier casa, era en donde vivía antes de venir aquí, podía ver a tres niños pequeños. Uno con rastas, otro con el cabello negro alborotado y ¿Yo de pequeña?
Yo podía verlos pero ellos no a mi, los seguí hasta dentro de casa.
Y ahí estaba mi madre aunque con menos arrugas, sonreí al ver que tan tierna era con nosotros.

—Tommy hice tu comida preferida —dijo mi madre.

—Yo quería pizza —dijo el pelinegro molesto.

—Mañana pediremos pizza Bill, lo prometo.

¿Bill? Entonces ellos eran gemelos...
Mi madre camino hasta la cocina y la seguí, note como acomodaba su manga... en su brazo tenia heridas, vi como suspiro y puso una sonrisa en su rostro para volver a la sala.

De pronto los niños se despidieron de mi madre, estábamos en la parada del autobús.

Mamá, ¿Porqué yo nunca puedo ir con ellos a su casa?

—Su madre trabaja hasta tarde mi pequeño Angel... no queremos ser molestia para ellos.

Sonreí al ver mis lindas coletas, aunque los lentes me quedaban enormes. Al llegar a casa vi a un sujeto ebrio.

—Emma sube a tu cuarto —dijo mi madre.

—Tengo hambre ¿En dónde carajos estabas? ¿Cuidando a los hijos de tu amante? Esos hijos de perra me tienen cansado, mira todo el desorden que dejan.

—Emma sube a tu habitación ya —grito mi madre.

Mi yo pequeña subió las escaleras pero pude ver como se quedaba en el último escalón mirando a escondidas mientras lágrimas caían de su rostro.
Me asuste al ver que el sujeto se acercaba a con su puño y después se abalanzaba contra mi.
Tape mi rostro pero no me golpeó a mi, sino a mi madre.

—Basta, solo cuido de ellos yo no tengo nada que ver con su padre —chilló mi madre.

—Claro que si, porque eres una zorra, te he dicho que no los quiero en mi casa —le dio una patada en el estomago.

Para este punto yo gritaba que la dejara en paz, y mi yo pequeña lloraba desde la escalera desconsoladamente.
Al acercarme pude ver al sujeto... era mi padre.

Me desperté de un golpe y salí de mi habitación, aún era de noche.
Tome el papel que me había dado Andy la noche antes y salí del departamento corriendo hasta el parque.

Al llegar me faltaba el aire, y mis lágrimas caían. Teclee los números en el teléfono y comenzó a sonar, después escuché su voz.

—Andy... estoy en el parque, te necesito... por favor, ven ya.

—¿Estás bien? Tu padre te hizo algo ¿verdad?

Después de unos largos minutos, me encontraba sentada en la misma banca después escuché unos pasos. Al voltear suspiré aliviada.

—Emma... tu mejilla, ¿Estás bien?

Ignore sus palabras y corrí hasta él abrazándolo —Andy... no son sueños, yo... son mis recuerdos, yo estoy empezando a recordar...

Los ojos de Andy se iluminaron y me volvió a abrazar.
Me sentía segura y protegida con él. Y aunque aun no logrará recordar nada... Sabía lo que tenía que hacer.

TOM POV

Me habían rechazado todos los papeles, y para mi suerte me renovarian mi pasaporte dentro de dos meses por lo que me era imposible viajar en estos momentos.
Seguía asistiendo al instituto pero ahora cada vez que salía al campus extrañaba ver a una chica leyendo abajo de un específico árbol.
Incluso Bill se veia triste aunque comenzaba a aceptarlo, los chicos tenían su vida normal, pero yo me sentía un imbecil...

¿Iba a darme por vencida tan pronto?
Si volver a tener a Emma significaba perder todo mi orgullo lo haría solo por ella.
Su madre incluso pasaba las noches llorando y por las tardes iba a visitarla, me mostraba fotos de Emma cuando era más pequeña.

Un día mientras me encontraba dando un recorrido por la habitación de Emma me encontré con una pequeña caja donde guardaba todas las fotos que tomaba. Sonreí al ver muchas que no sabía de su existencia.

Saque mi celular y teclee el número suspirando.
Tres timbres y contestaron...

—Tom...

—Andy...

TENTACIÓN |Tom Kaulitz|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora