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—Bien, bien. Silencio, silencio —decía el profesor.

Había pasado un mes desde aquella salida a ver las estrellas. Al día siguiente decidimos ir a acampar ahí. Estos días habían sido los mejores, tomando en cuenta de que Gustav y Ana oficialmente ya eran novios.

Nos encontrábamos sentados escuchando al profesor, estaba sentada delante de Tom mientras el acariciaba mi cabello e intentaba hacerme una trenza.

—Tenemos en total, 5 bandas y 6 solistas para el concurso ¿Alguien que quiera darnos un pequeño adelanto de sus canciones?

Vi como Bill miraba ansioso a Tom y antes de que levantara la mano, entró un chico, lo reconocí ya que formaba parte de los chicos que se juntaba con Andy.

—Señor Pitts, me temo que es un poco tarde y la clase ha comenzado. Quitando en cuenta que van tres días que ninguno de su grupo se ha presentado.

—Lo lamento señor Becker, lamentablemente la madre de Andy falleció hace dos días y hemos estado con él, ayer intento suicidarse...

Me sorprendi al escuchar eso al igual que todos. Sentí un poco de lástima al enterarme de esa triste noticia.

—¿Y Andy esta bien? —pregunto el profesor preocupado.

—Ahora mismo esta internado, lo darán de alta en una semana si es que todas las pastillas llegan a salir de su cuerpo, en la desintoxicación.

—Chicos, pueden tomar los instrumentos que quieran solo no hagan mucho ruido. Iré con Pitts, no tardo.

El salón se quedó en silencio por unos minutos. Note como Avril tomaba su celular y poco a poco empezaron a escucharse voces. Bill camino hasta uno de los micrófonos que estaban desconectados y empezó a fingir que daba un concierto.

Se sentó en el lugar de Tom el cual había ido por una guitarra, note como sus dedos se movían haciendo una buena melodía.

—Emma voltea —escuché a Bill.

Al mirarle tenía su celular en la mano y estaba sacándome una foto, cerré mis ojos sonriendo y después escuché como Gustav les hablaba desde la batería.

Al mirarle tenía su celular en la mano y estaba sacándome una foto, cerré mis ojos sonriendo y después escuché como Gustav les hablaba desde la batería

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Yo me quedé en mi lugar mientras ellos y las demás personas ensayaban. Mire mi libreta y comencé a escribir pensando en que ocultaba Tom.

—¿Está todo bien? —escuché a Ana.

—Quedan menos de dos meses para el concurso y yo no he escrito nada —hice un puchero.

—Oh descuida, ya vendrá algo. Porque lo ne escribes algo a Tom.

—Sonará triste, pero no sale nada.

—Apuesto a que si, solo es saber como acomodar las ideas.

Estuvimos toda la clase de música intentando escribir algo, al final terminamos escribiendo media hoja.
Al salir del instituto acompañe a Ana a comprar unas cosas para su departamento. Me despedí de Tom y los demás.

Pasamos la tarde de compras, al entrar a una tienda de ropa lo primero que hice fue ir al lugar en donde estaba la lencería.

—Mira estos, creo que a Gustav le gustarán —dijo Ana tomando unos.

—Son lindos —le sonreí buscando algún conjunto.

Llegue hasta un lugar a oler las lociones y mi vista capto una cabellera rubia, mi panza sintió un hueco.

—Estaré aquí por tres meses. Claro, si recuerda que tendrá el concurso. Me invitó ya que en mi se inspiró en algunas canciones que le mando al tonto de su gemelo.

Segui viendo los conjuntos escuchando esa conversación. La cual terminó rápido, era alta, bronceada, y obvio fácil de reconocer.
Al girarse aparte mi vista.

—¿Crees que sea lindo? —dijo y yo me incomode, al notar que no había nadie a nuestro alrededor la mire y ella alzó sus cejas.

—Si es lindo —respondí cortante.

—Es para sorprender a alguien, ya sabes los hombres de ahora son algo difíciles de sorprender —dijo mirando el conjunto detalladamente.

Le sonreí y me fui hasta donde estaba Ana. Heidi Klum estaba aquí.

Pasé el resto del día sin ganas, el solo saber que ella estaba aquí... se refería al concurso de música, obviamente hablaba de Tom.
Sentía ganas enormes de vomitar.

—Nos vemos —dijo Ana despidiéndose de mí.

Me quedé parada en la acera de mi casa, no quería entrar. Saque mi celular y llame a Bill.

—Hola Emma, ¿Qué sucede?

—¿Estás en tu casa? Estoy algo aburrida y no quiero estar en la mía —mentí.

—Claro nena, ¿Paso a recogerte?

—Descuida voy en camino.

Al colgar la llamada. No estaba segura de lo que hacía, pero tenía que investigar más sobre Heidi.

TENTACIÓN |Tom Kaulitz|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora