𝐄𝐥 𝐨𝐦𝐞𝐠𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐞𝐦𝐩𝐞𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐒𝐭𝐲𝐥𝐞𝐬 [𝐋.𝐒]

𝟐𝐎

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Tres meses habían pasado ya, Louis tenía un vientre muy grande y pronto llegaría el día tan esperado para los emperadores, los cachorros que fueron salvados del reino Camelot ya tenían una dulce familia, afortunadamente encontraron a los omegas adecuados para esos cachorritos.

Por otro lado Harry seguía teniendo de prisioneros a Drew y a los padres de Louis, le parecía divertido torturarlos y hacerlos pagar por todo lo que le hicieron a su omega, pero en esos momentos ya se había aburrido y ya no sabía cómo seguir.

—Cariño... Hoy es la última vez que bajo al calabozo a ver a ya sabes quién —confesó.

—¿Siguen vivos? —Harry asintió— Pensé que ya se habían muerto.

Harry sujetó la mano del ojiazul— Los estuve torturando... Ellos desean la muerte como no te imaginas, los quiero hacer sufrir más pero es un fastidio tener que bajar todas las noches con ellos.

—Qué alguien más lo haga por ti —habló mientras se acurrucaba en el pecho del rizado.

—¿No quieres verlos? —cuestionó.

Louis negó— No quiero levantarme de la cama, mi vientre pesa mucho.

El alfa acarició el vientre, sintiendo como el cachorro se movía.

—Es tan lindo, ¿También se emociona así con otras personas?

—No, solo se mueve mucho cuando lo hablas tú o yo —respondió.

—Mmmh solo espero no sea muy apegado a ti, suficiente tengo con Bowie —comentó con una sonrisa burlesca.

—Bowie es así porque tú lo educaste así —respondió simple.

Harry hizo un pequeño mohín mientras se acurrucaba en el pecho del ojiazul, le gustaba estar de esa manera con su omega y poder oler el aroma de fresa y leche que desprendía.

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—Cariño, respira profundo... —pidió mientras sentía su mano doler, su omega estaba tomando su mano con mucha fuerza.

—Duele, duele mucho —se quejó mientras lloraba.

—Dense prisa, rápido —ordenó Harry a la partera y su ayudante.

La partera asintió con nervios.

—Su majestad cuando vuelva a sentir otra contracción, puje fuerte, por favor —pidió.

El Omega asintió, su frente estaba sudorosa y sentía su parte baja doler mucho, sentía mucho dolor. Pujó con fuerza cuando sintió una contracción.

—¡Harry Styles! ¡Te odio! —gritó.

Harry tapó los pechos del omega con el camisón mojado que se le había resbalado a su esposo.

Soltó un suspiro de alivió cuando escuchó el lloriqueo de un bebé.

—Ya pasó... Ya pasó todo —habló Harry.

—¡Son dos! ¡Majestad puje un poco más! ¡Falta un cachorro! —exclamó

—Que-

—¡Todo es tu culpa, Harry! —se quejó antes de volver a pujar con fuerzas.

Momentos después escuchó otro cachorro llorar, se sintió feliz mientras se sumergía en al tina llena de agua. Volteó a ver a su esposo quien sonreía feliz.

—Tráeme a mis cachorros... —ordenó.

Harry soltó la mano del ojiazul y se acercó con algo de miedo a dónde estaban las betas calmando a sus cachorros.

—¿Qué son...? —cuestionó nervioso.

—Son dos cachorros varones, su alteza —contestó con una sonrisa mientras cubría a los cachorros con una manta.

—Señora, la emperatriz está muy débil —habló la otra beta con mucha preocupación al ver a la emperatriz muy pálido y débil.

—¿Que le pasa? ¿Estará bien? —cuestionó Harry con preocupación.

La beta la dió a los cachorros al emperador y corrió hasta donde estaba la emperatriz, Harry trataba de tranquilizarse para no alterar a sus cachorros.

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Harry estaba sentado en la puerta mientras estaba con un pequeño mohín, los guardias reales que pasaban por ahí solo observaban al emperador estar sentado ahí durante horas.

—¿Por qué no entra? —cuestionó Norah parándose frente al alfa.

—No puedo... Quiero pero no puedo —respondió con tristeza.

Norah se sentó al lado del rizado.

—Debe ser muy difícil para usted...

Harry miró a la omega y sonrió levemente— ¿Crees que me gruña otra vez?

—No lo creo, en la noche siempre lo busca. Solo tiene miedo de que le pase algo a sus cachorros —dió unas leves palmaditas al rizado antes de levantarse.

—Ya acabé con Drew y sus padres... Me he desecho de todo el peligro.

—Inténtelo, le deseo mucha suerte —sonrió levemente antes de irse caminando.

Harry soltó un suspiro antes de levantarse y abrir la puerta con delicadeza, inmediatamente el aroma a fresas y leche llegó a sus fosas nasales, sonrió con felicidad al ver como su esposo estaba en la cama dormido junto a sus dos cachorros en un nido que había hecho al día siguiente después del parto su omega.

—Lou... ¿Puedo entrar a tu nido? —cuestionó desde la puerta.

Louis se despertó al percibir un aroma diferentes al suyo y sus cachorros, sin pensarlo dos veces empezó a gruñir, provocando que Harry quisiera ir a darle muchos besitos.

—Lou... ¿Me dejas entrar? —preguntó con una sonrisa tímida.

El omega sonrío levemente— Alfa... Ven, los cachorros necesitan nuestro calor.

—¿Si puedo entrar? —preguntó con una sonrisa, acercarse a la cama.

—Nuestros cachorros tienen frío, métete rápido —ordenó.

Harry corrió hasta la cama, se quitó sus botas y su chaqueta, luego se metió al nido con mucho cuidado, sonrió al ver a sus cachorros de cerca, Louis era muy territorial con sus cachorritos y solo los podía ver en las madrugadas de vez en cuando, se acurrucó en el nido mientras Louis lo miraba con una sonrisa.

—Lou, ¿De que color son los ojos de los cachorros? —preguntó con mucha curiosidad.

—Son color verde... ¿Por qué? —soltó un pequeño bostezo.

—Quería que tuvieran tus ojos azules —respondió con una sonrisa.

—Se parecen a ti, confórmate con eso —dijo Louis antes de volver a dormirse

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