Capitulo 2: Amargura

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Salgo de la ducha y me visto, en estas condiciones no podré ir a trabajar, no sería la primera vez que falto en esta semana. Desde que Ana se fué, mis días pasan sin motivo ni razón, ella se llevó todo los motivos que me hacían sonreír, que me hacían despertar feliz cada mañana, cuando me regocibaja con su presencia junto a mi. La extraño muchísimo. Pero ella en estos momentos debe estar odiándome. Me fuí de la manera más cobarde, dejándola sola y sin decirle por qué. Y es que ni yo misma sé porqué. Cobardía es lo único que se me ocurre, fuí cobarde, la más cobarde y estúpida de todas. ¿Qué mierda importa lo que la gente diga? Qué mierda importa todo si no la tengo ahora, si la dejé ir por temor al qué dirán, por temor a "manchar" mi imagen. Que estúpida fuí, que estúpida me siento. Ana siempre estuvo dispuesta a todo por mí, incontables veces me dijo que olvidara la sociedad y su intolerancia, que nada importaba el mundo si nos teníamos las dos. Oh Ana... Cuánto te extraño, me pregunto cómo serán sus días. La dejé cobardemente y sin explicación, por Dios Santo, ella tampoco lo debe estar pasando nada bien.

Me dirijo a la cocina y tomo un vaso de agua. Mientras preparo mi desayuno llamo a mi productor para avisarle que no iré a trabajar hoy tampoco. Gracias a Dios es mi hermano, porque sino hace tiempo ya estuviera despedida.

– Si, ¿Bueno?.
– Buenos días José, soy Verónica.
– Hermana ¿Cómo estás? ¿Ya vienes al canal?.
– Por eso te estoy llamando querido. Me siento indispuesta y no iré hoy. – digo con voz apagada –.
- Hermana ¿Otra vez? ¿Cuántos días más piensas faltar? Los ejecutivos del canal no hacen más que preguntarme qué está pasándote... No puedes seguir así.
- José... –lo interrumpo, y cierro mis ojos–
– Hermanita, ya hemos hablado de esto, no puedes seguir así, sé lo mucho que amabas a Ana... – hizo una pausa – Que la amas... -dijo, y una lágrima cayó por mi mejilla – Pero no puedes seguir torturándote así Verónica.
– José, por favor, inventa cualquier excusa, dí que estoy enferma, que tengo cólicos, no sé, dí lo que sea, yo después hablo con ellos.
– Está bien hermanita, no olvides que te quiero mucho. Y por favor, come algo Verónica, que estoy seguro que tienes días sin pasar bocado.
– Adiós, hermanito. Te quiero mucho también.

Cuelgo el teléfono y respiro profundo.
–Ya, tienes que seguir con tu vida Verónica - dije en un tono poco convincente que ni yo misma me creí lo que acababa de decir.-

Termino de preparar mi desayuno y me siento en la sala mientras enciendo la tele en cualquier canal. Miro a la pantalla sin interés alguno y con mi mente en otro sitio.

– En noticias de arte y espectáculo, tenemos que esta noche a las 8:00 pm  estará en función la obra de teatro "Sueños de una noche de Verano" de William Shakespeare, en el Teatro Ciudad Esperanza en el centro histórico de nuestra ciudad.

Suena interesante –pensé– me vendría bien distraerme de la soledad que me embarga, además amo con mi alma el teatro y las obras de Shakespeare son de mis favoritas.

Amar y Vivir (VerAna) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora