La maestra de inglés I JJK +18 Hetero

Lección 5. Let there be love

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—¿Y a tí que mosca te pico?, Desde hace unos días pareces la portada de una banda de rock emo. — dijo Jimin con una ceja alzada y una sonrisa juguetona.

JungKook resopló, sin levantar la vista. —No exageres Jimin. Yo estoy... como siempre.

—Hmm. Si claro y yo soy un BTS— respondió el pelinegro riendo, provocando que JungKook rodara los ojos. —¡Ya vamos!, ¿me vas a decir que te pasa?

—No me pasa nada, ya te dije— respondió el más alto.

—Te conozco de toda la vida, a mí no me puedes engañar...

—No te estoy engañando... solo... solo eres un tonto, no entenderías.— e intentó seguir con su merienda hasta que volvió a ser interrumpido por la curiosidad de su amigo.

—¡Aishh, que pesado que eres!. ¿Sabes?, voy a preguntártelo hasta que cedas... ¿Qué te pasa? ¿Qué te pasa? ¿Qué te pasa? ¿Qué te pasa? ¿Qué te pasa? ¿Qué te pasa?...

Jeon, finalmente exasperado, exclamó: —¡Aishhh, ya basta!. ¡Realmente eres insoportable cuando te lo propones Park Jimin!.

—Lo sé,— Park sonrió triunfante —No voy a dejarte tranquilo hasta que me lo digas.

Jeon suspiró derrotado —Si te digo, ¿me dejarás en paz?.

—¡Sí!. Sabía que al final me lo ibas a decir. Mis métodos nunca fallan. Ya suéltalo, anda.

JungKook vaciló. —Bueeeeno, la verdad... es lo del festival. Ya sabes, ser finalista no es poca cosa.

—¿No me digas que andas preocupado por eso?

—¿Preocupado?, no, no. ¿Por qué lo estaría?. Obviamente tú vas a ganar. Eres el mejor de todos nosotros... S-s-solo que nunca he cantado ante tanta gente...— Mintió.

Jimin frunció el ceño, claramente no convencido. —¿Eso es todo?.

Y Jeon solo asintió sin poder mirarlo a los ojos.

¿Cómo le iba a decir a su amigo que el festival había quedado en segundo plano para él?. Que en realidad, ni siquiera estaba en su radar porque desde hace días, su mente había sido tomada por la imagen de ella y por los sentimientos que acababa de descubrir. Que no había día en que no se perdiera en el brillo de su mirada, en la curva que marcaban sus caderas y en la gracia con la que se movía sobre sus tacones al caminar. Pero sobre todo, en esos labios rosados y apetecibles. Esos que en su imaginación no paraba de desear junto a los suyos en un beso sin fin.

Jimin se inclinó, mirando a Jeon con ojos astutos. —Ya, dime. ¿Cuál es su nombre?

Jeon casi se atragantó. —¿S-s-su nombre?— Respondió nervioso y dejando caer uno de los palillos sobre el plato. ¿Sería que su amigo se había dado cuenta de lo que le pasaba?.

—¡Aja, lo sabía!. — casi gritó el más bajo.

—¡Callate!— asustado, JungKook intentó hacer que cerrara la boca antes que alguien más lo oyera. 

—¡Admítelo!— exclámó Jimin en voz baja —Hay alguien que ha capturado tu atención. Anda, cuéntame, yo siempre te he contado mis cosas...

—Y yo he perdido la cuenta de todas las chicas a las que has llamado el amor de tu vida... Y-y-y no estoy enamorado ¿Querias saber eso no? Pues ya te lo dije. Ahora dejame comer en paz ¿ok?— y el castaño volvió a hundir su mirada en su plato mientras tomaba un bocado para llevárselo a la boca.