- [Soukoku] El debía odiarlo, debía odiar a aquel chico que lo traicionó. Pero su corazón seguía latiendo tras recordarlo.
- [Shin Soukoku] Admitir que se querían fue algo difícil, pero ahora luchaban por que su relación funcione.
• Los personajes...
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"Yeah, I'd rather be a lover than a fighter (fighter) 'Cause all my life, I've been fighting Never felt a feeling of comfort, oh And all this time, I've been hiding And I never had someone to call my own"
Silence - Marshmello
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Una semana había pasado, Nakahara estaba recuperado del todo y ya no necesitaba tener a aquel hombre cerca. Quiso convencerse de que odiaba sentirlo cerca, pero en realidad era todo lo contrario, le había gustado tenerlo cerca aunque solo fuera para asegurarse de que ese dios no lo dominaría y provocara el caos.
Estaba tranquilo en su oficina, había terminado el papeleo que le quedaba y no tendría ninguna misión ni reunión esa semana, de cierto modo estaba libre. Tomo la caja de cigarros, abriendo esta para poder fumar un poco, aunque se vio interrumpido por una llamada, su jefe estaba llamando.
— Mori-san, ¿Que necesita? — cuestionó dejando la caja de lado.
— Necesito que subas a mi oficina — oyó al otro lado de la línea, dio una respuesta afirmativa y salió de la oficina soltando un suspiro.
No se había molestado en arreglar su apariencia, es decir, no llevaba su característico sombrero, su pelo estaba atado en una coleta alta, llevaba únicamente la camisa sin el chaleco ni la chaqueta que utilizaba por arriba de esta. Tenía las mangas de la camisa remangada, soltó un suspiro mientras metía sus manos en los bolsillos antes de subir por el ascensor hasta dicha oficina.
Una vez había llegado al último piso, se adentró en la oficina llevándose una sorpresa. Varios agentes estaban en esta, Dazai, Ranpo, Kunikida, Atsushi y Fukuzawa para ser exactos. También estaban los Akutagawa, junto a Verlaine y Ozaki, enarcó una ceja antes de acercarse más hasta donde los demás se encontraban.
— ¿Que está pasando? — cuestionó una vez llegó a los demás, cruzándose de brazos.
— Nos llegó un caso hoy... pero Dazai creyó que sería mejor traerlo ante ustedes — informó el idealista, mientras señalaba los papeles que descansaban en el escritorio del jefe de la mafia— en especial ante ti, Nakahara — miró al nombrado.
