Crónicas de una chica rizada.

Recuérdame Victoria

Hermosa Victoria,

Recuérdame como yo te recuerdo, 

Con consistentes ojos cafés 

llenos de pasiones enmudecidas. 

Con un característico aroma a vainilla. 

Siempre sencilla ante los comentarios de la gente, 

Pero con millares de palabras en tus labios aspirando a surgir. 

Con una mirada llena de recelo, 

a la espera de saber si algo deplorable me ocurrió.

Recuérdame justo cuando yo te recuerdo. 

Mientras te observo en silencio, 

con miedo de que el tiempo se acabe 

y te vayas de mi lado. 

Mientras permanezco cobijada en tu abrazo,

 deleitándome unos últimos segundos antes de dejarte ir. 

Cuando te observo dormir y sueño con sentir los latidos de tu corazón.

Mientras oro a Dios para que te proteja de todos tus miedos.

Cuando te cuento mis secretos y sé que puedo confiar 

en que no me dejarás sola en ningún momento,

 en cambio me ayudarás a salir adelante.

Recuérdame como yo te recuerdo. 

Con una niña asustada tomada de tu mano, 

y tu voz colmada de ternura 

mientras susurras a su oído 

frases de consuelo haciendo que esta pare de sollozar. 

Con una única lágrima en tus ojos 

que permanece solo un segundo, 

mientras observas a tu actor favorito morir. 

Con una taza de café sin suficiente azúcar añadida, 

y un platillo repleto de panqueques

llenos de buenos recuerdos. 

Con una sonrisa radiante, sin brackets o con ellos; 

invariablemente la más espléndida. 

Con un único cintillo amarillo en medio de mucha ropa de cuero. 

Con mi helado de chocolate y mantecado en tus manos, 

porque el heladero volvió a confundir los sabores.

Recuérdame en tus días lúcidos Y en tus noches nubladas. 

Recuérdame en todos y cada uno de tus sentidos. 

Recuérdame en tus sueños, Como yo te recuerdo en los míos.

Así que recuérdame, mejor amiga, 

Como nunca has recordado a nadie, 

así sin motivos suficientes, 

así con razones restando, 

Tal y como yo te recuerdo a ti, 

Simplemente; recuérdame.