AMOR IRREAL

CIMENTANDO NUESTRA RELACIÓN

Horas después.

Estaba acostada en cama sin poder dormir ya que está era la hora que no sabía que era lo que habían conversado mi hermano y Jey.

Día siguiente.

Me levanto con la incertidumbre, ni siquiera pude tener un sueño agradable es entonces cuando el teléfono suena y salgo en picada a contestar.

—hola —contesto.

—hola —dice Jey.

Siento un gran alivio al saber que el es.

—¿Que fue lo que hablaron tu y mi hermano? —le preguntó de inmediato —¿Te intimido?, ¿Te pidió que te alejaras de mi?.

Jey rio al escuchar lo preocupada que estoy.

—nada de eso —responde —es solo que el te quiere mucho porque eres la niña de la casa y me pidió que te cuidara e hiciera las cosas bien, es por esa razón que quiero que reunas a tus padres, quiero ir a pedir tu mano.

Comencé a dar saltitos de felicidad al ver que Jey se está tomando las cosas muy enserio, de verdad que el si me ama, me da mucha alegría saber que esto no es algo unilateral, si no que es algo de los dos.

—¡No me lo puedo creer! —digo emocionada —esta bien, hablaré con mis padres.

Horas después.

Hablé con mis padres de que Jey iba a pedir mi mano, la idea de que consiguiera novio les alegro ya que jamás me habían visto con alguien, pero al saber que era Jey, se mostraron igual de preocupados que mi hermano ya que para ellos el es un casanova, aún así rogué mucho para que le dieran una oportunidad y cedieron.

Dos días después.

Llegó al lugar a dónde Jey nos invitó, acompañada de Jenhall y mis padres.

Bajamos del auto y todo está en silencio y apagado, mis padres se comienzan a cuestionar si es solo una broma, aún así yo camino hacia la entrada con preocupación, no creo que Jey se atreva a hacer algo así, es entonces cuando las luces se prenden y todo se ilumina.

Es una cabaña muy hermosa, decorada con luces, quedo asombrada ante tanta belleza y chillo de emoción al ver el letrero con letras gigantes doradas que hay, el cual dice:

¿QUIERES SER MI NOVIA?.

Veo a mis papás y ellos están igual o más asombrados que yo.

La cara de mi mamá es todo un poema de lo atónita que está.

Estoy segura que ellos no se esperaban esto, como yo tampoco.

En ese momento la puerta de la cabaña se abre y sale Jey con dos ramos de flores, me entrega uno a mi, dandome un casto abrazo, luego va a dónde mi madre y le entrega el otro ramo de flores, finalmente llega donde mi padre, lo abraza y nos invita a entrar.

Nos llevó a una sala de estar donde unos empleados nos recibieron con unos cócteles.

Es entonces dónde tomamos asiento y Jey habla con mis padres, ellos estuvieron de acuerdo con nuestra relación y nos hicieron muchas recomendaciones, también nos hablaron de la responsabilidad de una relación, Jey estuvo de acuerdo con todo, yo también.

Nos invitó a pasar a la cena.

Era una deliciosa lazaña, acompañado de un postre.

Cenamos y pasamos una velada muy agradable charlando entre todos en familia.

Mis padres estaban muy felices, y mi único anhelo es que eso nunca se acabé.