36. Shinichiro

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El sonido de la alarma lo hizo abrir los ojos con disgusto, estiró un poco el brazo y la apagó para luego sentarse en la cama, la cabeza le dolía por la falta de sueño pero los dos pequeños en medio de la cama parecían haber descansado correctamen...

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El sonido de la alarma lo hizo abrir los ojos con disgusto, estiró un poco el brazo y la apagó para luego sentarse en la cama, la cabeza le dolía por la falta de sueño pero los dos pequeños en medio de la cama parecían haber descansado correctamente, y Takemichi aún dormía como un oso.

—Izana, Kakucho, deben despertar— pidió con suavidad, moviendo con cuidado a su hijo —Deben ir al kinder, ¿No querían que la maestra les enseñe a hacer flores de papel? Vamos, papá también tiene que trabajar— insisto, pero Izana solo rodó en la cama, subiéndose a Kakucho hasta quedar junto a Takemichi.

Manjiro sonrió divertido y negó.

—Quiero estar con mamá— murmuró el pequeño moreno, abrazando el brazo de Takemichi —No quiero ir al kinder hoy, quiero estar con mamá.

—¿Pasa algo malo en el kinder?

Izana negó, frotando su mejilla en el brazo de Takemichi en busca de afecto.

—Mamá está cansado por el bebé, ¿Recuerdas que hablamos de eso?— mencionó, pero Izana no contestó.

Manjiro soltó un largo suspiró y caminó al otro extremo de la cama, admiro unos segundos la enorme panza de Takemichi y sonrió para luego inclinarse y besar la mejilla del azabache.

—Take, debo bañarme ¿Crees poder vigilar a los niños un rato? No tardaré— pidió, acariciando la mejilla del azabache.

Takemichi se removió incómodo, apartando un poco a Izana para acostarse boca arriba, su vientre era enorme y pronto el bebé llegaría, se sentía tan cansado e irritado, incluso Izana había notado eso.

—Me duele la espalda— habló por fin el azabache, acariciando su enorme vientre —Ya quiero que salga de mi esta cosa— agregó sentándose de mala gana.

—Mamá, ¿Puedo faltar al kinder? Quiero quedarme contigo— habló con dulzura Izana, abrazando al azabache.

Takemichi sintió una punzada en su vientre, el bebé no paraba de moverse, jamás creyó que estar embarazado fuera tan molesto. Claro que iba a amar y cuidar del bebé, así como lo hacía con Izana y Kakucho, pero se haber sabido lo que dolía tener que cargarlo 9 meses hubiera adoptado otro niño.

—Mierda— murmuró, sintiendo un líquido escupir por su muslo.

Manjiro lo miró confundido e Izana solo se rió.

—Mamá mojó la cama— se burló Izana, gateando hacia Kakucho para abrazarlo y alejarse de las húmedas cobijas.

Takemichi cerró sus ojos, tomaba grandes bocados de aire e intentaba no llorar del dolor que empezaba a sentir.

—Manjiro…creo que ya quiere salir el bebé— murmuró, mirando al falso albino.

Manjiro abrió la boca sorprendido, sin saber qué hacer, balbuceó algo sin sentido e intentó tranquilizarse para ayudar al azabache.

Cuidando de un yakusa  [MiTake] ✅️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora