29. Problemas

2.7K 362 63
                                    

Izana estaba sobre los hombros de su padre, con un globo atado en su muñeca y una enorme sonrisa por haber pasado todo el día con su papá

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Izana estaba sobre los hombros de su padre, con un globo atado en su muñeca y una enorme sonrisa por haber pasado todo el día con su papá. Estaba algo agotado, corrió de un lado a otro y jugó un rato en el área para niños con esos falsos elefantes de felpa que caminaban solos y hacían ruidos.

Además que comió muchas golosinas, y platillos raros que papá le insistió en probar, su estómago estaba lleno y feliz.

—Pronto se hará de noche, ¿Quieres ir a un lado más?

Izana asintió, algo adormilado.

—Quiero ir a la pastelería que le gusta a mamá— murmuró, recargando su cabeza en la de su padre, suspirando cansado —Quiero una flor de chocolate.

Manjiro sonrió divertido y asintió, dirigiéndose hacia el estacionamiento, notando que habían varias cosas en la cajuela, peluches, recuerdos y juguetes, todo lo que Izana había pedido. Abrió la puerta del copiloto y sentó a su pequeño hijo en la silla infantil, colocando los seguros adecuados para luego besar la frente del pequeño.

—Quiero una flor de chocolate— balbuceó el pequeño, recargando su cabeza en la almohadilla de la silla —Flor de chocolate para mamá…

Manjiro sonrió, cerró la puerta y se dirigió a la puerta del piloto para encender el vehículo, manejo hacia la pastelería y pidió por el autoservicio algunas flores de chocolate y otros postres.

El camino era tranquilo, con Izana dormido, hasta que noto una extraña camioneta negra que los seguía, frunció su ceño confundió e intentó no pensar en eso.

—Cariño…— habló suave Manjiro, moviendo un poco a su hijo hasta que se despertó —¿Sabes cuales son los números?— cuestiono, e Izana asintió adormilado —Bien, necesito que tomes el teléfono de papá y marqués unos números, ¿Podrías hacer eso?

Izana obedeció, tomando el celular de su papá.

—625830.

Izana obedeció, desbloqueando el celular.

—Bien, ¿Crees que puedas memorizar ese número?— cuestionó el hombre, recibiendo un suave "sí" en respuesta.

El camino siguió, y aquella camioneta no paraba de seguirlos, Manjiro sacó un arma debajo de su asiento y la colocó en sus pantalones, condujo hasta un túnel abandonado y creyó que la camioneta lo había dejado de seguir pero esta se estacionó enfrente, prendiendo las luces traseras que parpadeaban.

—Papá, ¿Vamos a casa?

—Si, pero primero…vamos a jugar algo, se llama "las escondidas"— habló el hombre, colocando algunas balas en el cartucho del arma —Debes ir a la cajuela y esconderte entre las cosas, lo más escondido que puedas para que nadie te encuentre.

—¿Por qué?— cuestionó el pequeño, sin entender lo que su padre pedía.

—Porque…si ganamos, podremos competir muchos, muchos dulces— mintió Manjiro, tratando de sonar tranquilo para no preocupar a su hijo —Y dormiremos todas las noches con mamá.

Cuidando de un yakusa  [MiTake] ✅️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora