El escenario es en la Inglaterra del siglo XIX. Existe una organización ordenada por la Reina Victoria llamada Corona.
Mientras trabajas como cartera, te topas con Corona, una organización secreta cuyos miembros malditos sirven a Su Majestad la Rein...
Mire alrededor del comedor y me di cuenta de que dos personas apenas decían una palabra, asi que fije mi mirada en ellos. Específicamente un hombre con chaqueta larga, que ni siquiera estaba tratando de ocultar su aura de peligro. Un aire de villano le rodeaba. Si he de ser sincera, parecía inaccesible. En el momento en que hice contacto visual con él, su rostro se torció en una expresión de disgusto.
Hombre de aspecto siniestro: Tch... Asqueroso.
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Víctor: No digas eso. Se amable con ella, Jude.
Jude: No. ¿En que estás pensando, haciendo uso del poder de Su Majestad para retener a una persona normal?
(Persona normal...)
(... Oh, ¿está tratando de defenderme?)
Parecía más frio y distante que los otros miembros de Corona, pero tal vez es una persona más justa de lo que esperaba.
Kate: Encantada de conocerte, Jude.
Lo salude, sintiendo un poco de esperanza y él, entrecerró los ojos que parecían amatistas.
Jude: Lo siento, te obligaron a venir a este lugar. ¿Quieres que te ayude a salir de aquí?
Kate: ¿Huh?
La expresión de su rostro cambio, cuando abrí mis ojos al escuchar esas palabras, que susurro inesperadamente.
Jude: Bromeaba. ¿Qué esperabas que hiciera, idiota?
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(¡¿Qué...?!)
Jude: Sin embargo, te deseo buena suerte. Me atrevo a garantizar que no pasara ni un mes antes de que se te escape y te maten.
Después de insultarme con su afilada lengua y una cruel sonrisa, Jude salió del comedor.
(Como era de esperar, es muy antipático... sus gestos también muestran que tiene una personalidad despiada.)
(Pero su acento... ¿Es inmigrante?)
Joven alto: No te preocupes por él. Así es como le habla a todos los que conoce.
Kate: ¡Wah...!
De repente, un joven alto estaba justo a mi lado.
(Dios, no me he dado cuenta de cómo ha llegado hasta aquí.)
(Este tipo, es el que hace un momento sugirió que me mataran.)
Ellis: Soy Ellis.
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Tenía una voz tranquila y suave, pero el estar cerca de él, hizo que sintiera frio. Tenía el inquietante presentimiento de que algo me observaba desde la oscuridad.
Kate: Encantada de conocerte... Ellis.
Ellis: Mm... encantado de conocerte también. A menudo salgo de la ciudad con Jude para atender algunos asuntos, pero mientras este aquí, te hare lo más feliz posible.
(¿Hacerme feliz...?)
Sus palabras se parecían más a una proposición de matrimonio y, lo que lo hizo incluso más sorprendente, fue el hecho de que este mismo hombre fue quien sugirió que me mataran hace un rato. Le devolví la mirada, pero su rostro permaneció inexpresivo.
(Tal vez dijo eso solo por cortesía... aunque de una manera bastante peculiar.)
Kate: ... Gracias. ¿Qué tipo de negocio es...?
Ellis: Es una empresa comercial. Jude es el jefe. Soy su asistente.
(Ese hombre es su jefe...)
Víctor: Muy bien, ahora conoces todos los nombres, ¿verdad? Algunos de todos estos chicos no revelaron sus maldiciones, peo pronto lo descubrirás, durante tu tiempo como "escritora de cuentos de hadas."
Víctor aplaudió y rio alegremente.
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Víctor: Permíteme mostrarte un truco de magia como regalo de bienvenida, antes de comenzar la visita al castillo.
Liam: ¡Wow! *Aplaude*
Roger: Otra perdida de nuestro precioso tiempo...
Harrison: ... Esto es una locura. Prefiero usar este tiempo para tomar una ducha a ver esas tonterías.
Alfons: ¿No sería delicioso ver al bicho raro hacer el estúpido al avergonzarse en público?
Víctor: Necesito un ayudante. ¿Algún voluntario? ¿El?
Elbert: ... No quiero...
Víctor: Mmm. ¿Cómo es que sigues siendo encantador con esa cara tan triste? Bien, entonces, ¿Qué tal Ellis?
Ellis: Si te hace feliz, de acuerdo.
Víctor: Te agradezco tu altruismo y principios de sacrificio. Ahora, por favor, acuéstate en la mesa...
(De repente... un truco de magia...)
En ese momento, todos reían felices. Este era el mismo grupo de personas que hace un momento, habían arrebatado una vida. Incluso el sonido de sus risas me dieron miedo, al recordar sus miradas en la escena del crimen.