Los no tan tristes

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Suenan las canciones y me recuerdan tu nombre; últimamente de forma más frecuente, saber de ti se ha vuelto una de mis necesidades más frecuentes, pero al mismo tiempo siento que sería mejor no saber para no sentir de forma tan fuerte ganas de llamarte.

Hoy supe de ti y la verdad es que me sentí como en secundaria otra vez, cuando de repente llega un niño y te dice:
"Dice mi compita que te manda saludos"

Luego volteas y ves que es el niño que también te gusta y te sonrojas, tratas de mantener la calma y solo se ven y te quedas viéndolo sin saber que decir.

Bueno, tu "compita" llegó muy directo a preguntar que probabilidad había de que tú y yo volviéramos, incluso se atrevió a autollamarse "cupido". Debo admitir que esa pregunta me generó un montón de emociones encontradas y me tienen la mente dando vueltas ¿por qué lo mandaste? ¿Por qué unos minutos antes cuando pasaste por dónde trabajo solo desviaste la mirada? ¿Por qué si querías saber eso no fuiste directamente a preguntarme a mí?

Aún creo que tu amigo debió mostrarte la conversación completa para que tuvieras un contexto más amplio que te permitiera mitigar la ansiedad y la incertidumbre por saber cuál había sido mi respuesta.

Realmente no sé si esto llegará a ti, pero esto fue lo que le dije:

"-Hay chanza, pero también todo depende de cómo se sienta él y de cómo vaya su proceso y pues cómo todo, sería volver a empezar...

Porque sé que él ha tenido muchos cambios, que hay crecimiento y pues sería como cuando recién nos conocimos.

Siento que hay muchas cosas que necesitamos hablar y muchos puntos qué dejar claros antes de siquiera intentar algo; la última vez que yo hablé con él le dije que esperaría, que entendía que no podíamos ser amigos porque no podíamos ser algo que nunca fuimos.

Sí, me gusta, lo quiero todavía, pero yo fui la que dijo que esperaría a que él se sintiera seguro con él mismo, que aprendiera a no necesitarme y le dije que esperaría su llamada, que él día que él estuviera listo, rompería el contacto cero y podríamos hablar otra vez...
Y hasta hoy, no ha pasado, lo he llegado a ver en la calle y él sigue sin saludarme, así que entendí que aún no era tiempo.
Y lo respeto, también lo entiendo y sí me duele, no te lo voy a negar, también lo extraño un chingo, pero hasta ahora él me ha dado a entender que aún no".


Y es cierto, en este momento siento que si no me has vuelto a dirigir la palabra es porque realmente no es tiempo todavía, trato de mantenerme al margen, de limitar mi contacto contigo y la información que te llega de mí, pero eso no siempre depende de mí y se sale de mi control.

Hoy experimenté muchas emociones que alteraron mi estado de ánimo y la única pregunta que cruzaba por la mente era: ¿esto es el enamoramiento?

Las neurociencias hablan de este proceso desde un punto de vista muy frívolo y meramente biológico, un proceso que solo describe los procesos en los que el cerebro empieza a "nadar" en oxitocina, norepinefrina, serotonina y dopamina; describe los procesos iniciales en los que nos vemos envueltos y por los que nos sentimos ansiosos, esa sensación de estar en una nube y ver todo de una forma tan bonita y perfecta, que ni siquiera somos capaces de ver los defectos y las llamadas de alerta en la otra persona.

Es un proceso extraño, que te hace estar esperando su mensaje, una respuesta, te genera la necesidad de contacto y de estar cerca de esa persona sin importar la adversidad... 

Realmente no sé si es enamoramiento, si es costumbre, si es la ansiedad de echarte de menos o la necesidad de volver a recibir dopamina por tu aroma y compañía o quizá todas... lo único que sí sé, es que no puedo olvidarte...

Todo lo que no te puedo decirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora