Corazón herido [Bakutodo/Bakudeku]

Capítulo 2: El encuentro

A lo lejos de la cuidad, se encontraba un rubio con la mirada perdida. Habia mucha neblina, el ambiente era pesado, más aún con las olas de brisa, que mantenian helado el cuerpo de Bakugou.

De lo lejos, se oyó una voz, una dulce melodía salía de los labios de un chico, él reconocería esa voz donde fuera.

Comenzó a caminar en dirección de esa suave voz, pero el sonido se fue alejando, otra vez lo iba a perder. Corrió sin importarle lo cansado que se encontraba, el iba a encontrarlo.

—Deku... —susurró con las pocas fuerzas que le quedaban—. Por favor... díme en donde estás..

Se encontraba perdido, no había rastro de ninguna voz, lo había perdido de nuevo. Cayó de rodillas, con lágrimas desparramadose por su rostro. Se agarro la cabeza desesperado, jalando algunos de sus cabellos; por primera vez, no sabía que hacer.

—¿Bakugou? —interrupió el llanto cierto peliverde.

El rubio alzó la cabeza, Deku se encontraba en frente de él. No podía creerlo, después de mucho, al fin pudo encontrarlo. Se levantó de inmediato y lo abrazó sin querer soltarlo nunca.

—Deku.. amor.. —sollozó el rubio—. Creí que nunca te volvería a ver...

—Ya estoy aquí Kachan.

Sonó a todo volumen "Dark Red", lo cual hizo despertar de golpe a un sudoroso rubio.

Claramente, todo había sido un sueño.

—Buenos días, cariño —saludo una adulta de cabello rubio, vestida con un traje de oficina—. Ven a comer, el desayuno está listo.

—Al rato, no tengo hambre —respondió un ojeroso pelirubio.

—No, no, hoy no me voy hasta que termines de desayunar —contestó irritada la adulta.

—Má, no te preocupes, vaya a tu trabajo que se te hará tarde —habló Bakugou con notable cansancio.

—¿Tú crees que no me he dado cuenta que desde hace una semana que no comes bien? —cuestionó Mitsuki molesta.

—No he estado teniendo mucha hambre últimamen... —fue interrupido por su madre

—Además que no has estado llendo a la escuela —Bakugou confundido levantó la ceja en dirección de su madre.

—¿Cómo..? —preguntó en forma de sorpresa.

—Tu maestro me llamó ayer —aclaró Mitsuki—. No has ido desde que empezarón las clases.

—No tengo tiempo para ir a la escuela, estoy ocupado tratando de encontrar alguna señal de Deku—masculló cansado el menor. Habia estado buscando información en internet sobre el caso pero al parecer nadie había hecho pública su desaparición.

—Cariño, entiendo por lo que estás pasando —mencionó su madre de forma comprensiva—. A todos nos afectó la desaparición de Izuko y su madre, pero no puedes dejar que esto te afecte en tus responsabilidades.

—Realmente no tengo ganas de asistir a la escuela —confesó Bakugou—. No podré evitar el pensar en todos los momentos que pasamos juntos.

—Katsuki... —Mitsuki se dio cuenta que su hijo estaba en una condición dolorosa—. Ven aquí, cariño.

—En serio, lo extraño —acepta el abrazo de su madre y solloza en sus brazos.

—Lo sé, cielo —comienza a acariciar la cabellera rubia de su hijo—. Pero hoy tendrás que volver a la escuela, tu maestro me comentó sobre tus faltas, y si sigues así no vas a poder rendir en tus exámenes.