Algo en común

Algo en el corazón

Sam: 🚨Los necesito ver hoy. Cena a las 8:00 pm

Jimm: No puedes esperar que estemos disponibles para tus demandas, tengo un hijo que cuidar

Tee: Por esta ocasión concuerdo con Jim, estoy en una cita 🥵

Kade: Estoy en grabación 🎥

Sam: 🙄🙄🙄🙄🙄🙄
Sam: Acabó de encontrarme con MON

Jimm: Ya estoy llamando a la niñera.

Tee: ¿Por qué a las ocho? Veamos ya!

Kade: No me dejen fuera, los llamaré por FaceTime

Sam bloqueo su celular, estaba tan consternada con lo que había pasado, con ver a Mon, quien después de cuatro años se veía más madura, pero no dejaba de tener esa mirada tierna que podía volcar todo su mundo. ¿Cómo es que tuvo un bebé? ¿Estaría casada? Habría formado una familia y ella parecía estar en el mismo lugar  de siempre, sin poder superarla.

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- Pensé que Mon estaba en Londres. Dijo Jimm mientras le servían vino en el restaurante donde solían reunirse.

- Yo también, ¿Por qué no nos habrá dicho que estaba de vuelta en Tailandia? Cuestionó Tee.

- Enfóquense, no les he contado lo más importante. Sam volteó los ojos mostrando enfado.

- Ok, ok, continúa ¿Cómo fue ese encuentro en el centro comercial? Dijo Jimm burlona.

- Bueno, primero no vi a Mon. Si no a una niña pequeña... Comenzó a hablar Sam.

- Se que es muy insensible para una madre como yo, pero ve el grano, no nos importante si viste a una niña ¿Qué pasó con Mon? Interrumpió Jimm.

- Esa niña es la hija de Mon. Dijo abrupta Sam.

- ¿Qué? Preguntó con gran sorpresa Tee, Jimm escupió el vino y Kade solo gritó en la videollamada.
Sam miró a su alrededor avergonzada, esperando que no hubieran llamado demasiado la atención del lugar.

- ¿Escuché bien? Mon, nuestra pequeña Mon ¿tiene una hija? Cómo puede ser hablamos con frecuencia con ella en nuestro chat y nunca nos dijo nada. Agregó Kade.

- Que sepamos Mon no sale con nadie ¿Cómo es posible? ¿Cuantos años tiene esa niña? Preguntó Jim.

- Es como de este tamaño. Sam intento explicar la medida de la pequeña Sumi extendiendo sus manos.

- No se, cuatro años. Agregó.

- ¿Es el tiempo que llevan separadas no? Preguntó Jimm.

- O sea que la pequeña Mon te olvidó rápido eh. Se burló Tee.

- Cállate. Sam le arrojó un trozo de pan.

- La niña se acercó a mi, y me comenzó a llamar mamá. Dijo Sam intentando proceder con la historia sin que sus amigos la interrumpieran más.

- ¿Te llamó mamá? A ti? Preguntó Tee esta ocasión.

Sam asintió con su cabeza. 
- Dijo que me reconoció por las fotos. Agregó.

- ¿Saben que es raro? Preguntó Sam más bien, pensando en voz en alta.

- Todo es raro ¿de que hablas? Jimm dijo exaltada.

- La pequeña se llama Sumi. Ya saben... el nombre que le habríamos puesto a nuestro bebé si el tratamiento hubiera funcionado. Una gran tristeza se adentró en Sam, sus ojos se pusieron llorosos y su voz se hizo tan delicada como la de una niña con temor.

- Oh, cariño. Lo siento, no estarás pensando que esa niña pudiera ser...

- Se parece a mi, Jimm. Sam la interrumpió para darle más argumentos que pudieran convencerla de su historia, una versión que ni ella creía.

- Sam, se qué no es lo que quieres escuchar, pero tal vez Mon te superó, formó una familia y ahora es feliz. Eso es lo que queremos para ti también. Tee le dijo con franqueza.

- Cariño, tú también tienes que avanzar. Jimm tomó la mano de Sam.

- ¿Cómo pudo superar todo? Si yo no he podido dejar de sentir que fue un error separarnos. Sam mencionó triste.

- Bueno, si la niña se llama igual que como habían planeado, tiene aproximadamente cuatro años, y te llamó mamá, podría caber una pequeña y remota posibilidad que también sea tu hija. ¿Y si el tratamiento sí funcionó? Kade agregó desde la videollamada.

- Por Dios había olvidado que seguías ahí, no le des ideas a Sam, ya ha sufrido mucho. La regañó Jimm.

- Es que, siento aquí, que esa niña es algo mío. Sam tocó su pecho señalando su corazón con un ligero puchero.

- Podría ser que las ganas de tener algo en común con Mon sean más grandes que la razón. Jim le dijo, realmente no quería que continuara estancada en su vida.

- ¿Qué planeas hacer? Preguntó Tee sabiendo que su amiga era testaruda y no había algo que la detuviera una vez que se le metía algo en la cabeza.

- No se. Dejare que pasen algunos días para pensarlo bien.