Te encontré

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Habían pasado siete días desde que apareció Mon. Todos esos días estuvo en la misma plaza a la misma hora esperando encontrarlas de nuevo, deseando que esa fuera parte de su rutina.

Justo cuando su idea de estar ahí parecía tonta y una pérdida de tiempo, miró a una pequeña correr hacia ella.

- Mamá, mamá, te encontré. Sumi corrió agitada y feliz con los brazos extendidos.

Sam abrió sus brazos en instinto. Se puso con las rodillas en el piso para estar a la altura de la pequeña. Miró a su alrededor esperando ver a Mon.

- ¿Dónde está Mon? Le preguntó.

- Mamá, si te encontré. Volvió a repetir, evadiendo la pregunta.

- ¿Estás aquí sola Sumi? Le preguntó preocupada.
La pequeña solo asintió y volvió a abrazarla.

- ¿Mon sabe que estás aquí? Sumi negó con su cabeza.

- Tu mamá debe de estar preocupada. Regaño Sam.

- Estaba con mi mommy y reconocí que estábamos cerca del lugar donde te encontré el otro día y quise buscarte mamá.

- ¿Por qué me llamas mamá? Preguntó Sam.

- Porque eres mi mamá, mi mommy siempre me enseña tus fotos y me cuenta que eres muy hermosa y que trabajas mucho, por eso no estás con nosotras, pero ya te encontré, mi mommy ya no estará triste.

Sam estaba realmente confundida, esa niña hablaba con tanta determinación y gracia pero sobre todo parecía estar segura de lo que decía. No sabía que responder, quería hacer mil preguntas pero sabía que una niña tan pequeña no sería quien las respondería.

- ¿Mamá? Pregunto tímida Sumi al ver que Sam no decía nada y miraba al horizonte.

- Dime nena. Respondió dulcemente.

- ¿Puedes llevarme con mi mommy?

- Cierto, debe estar muy preocupada. No tengo su numero, pero puedo llevarte a casa de tus abuelos.

- Si mamá, vamos. Respondió feliz.

Bueno vamos en mi auto, ven. Sam tomó la pequeña mano de Sumi y se sintió tan extraño pero tan confortable también.

- Mommy no me deja ir delante del auto mamá. Sumi se frenó de repente cuando Sam abrió la puerta del auto para ella.

- Bueno, es que este auto solo tiene dos asientos, no hay otra opción, pero conduciré con cuidado te lo prometo.

- Mamá, tienes que comprar otro auto. Aunque me gustaría que me llevaras a la escuela en este, es muy bonito.

Sam sonrió con las ocurrencias de Sumi, era algo testaruda pero tenía la misma dulzura de Mon.

- Y hablando de escuela ¿Por qué no estás en clases? Cuestionó Sam, en parte para hacer entretenido el camino para Sumi, pero mentiría si no estaba intentando sacar información para conocer más de ella, de Mon y de su repentina aparición.

- Es que acabamos de llegar a Talandia y mi mommy aún no ha elegido una escuela para mi.

Sam río con la manera tan elocuente de Sumi de hablar, para su corta edad era muy abierta y sociable, no había duda que era muy parecida a Mon en eso.

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