Album de fotos

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- ¿Cómo pasaste la noche Sumi?
Preguntó Mon a su hija, quien estaba sentada con semblante serio, en la parte de atrás del auto.

Desde el retrovisor Mon notó como Sumi miraba por la ventanilla ignorando deliberadamente a su madre.

- ¿Por qué estás molesta bebé?

- Ya no soy bebé.
Se limitó a contestar Sumi.

- Bueno, para mí, siempre serás mi bebé, aún recuerdo cuando te cargaba en mis brazos y solo tenías un pequeño diente. Bromeo Mon, para intentar sacar una sonrisa de su hija, y lo consiguió.

- Entonces ¿me dirás por qué estás molesta?

- Quería estar con mami en su casa, la extraño.
Mon alcanzó a ver el pequeño puchero de Sumi, y su corazón se partió en pequeños pedazos.

- Por la noche, te prometo que te prestaré mi teléfono para que hables con ella ¿ok?

- Si Mommy. ¿Pero por qué no podemos vivir con ella?

Mon tragó saliva antes de contestar, sabía que esto pasaría, Sumi era más inteligente que cualquier niña de su edad, no podía decirle la verdad, era demasiado complicado.

- Bueno, hay cosas de adultos que no entenderías Sumi.

- Si entiendo Mommy, yo ya tengo cuatro años, soy grande.

Mon sonrió y continuó manejando, gracias al cielo estaban por llegar y el interrogatorio de Sumi, pausaría al menos por ahora.

- Mommy.

- Dime.

- ¿Las mamás o los papás pueden tener más novias?

Mon estaba completamente confundida, su hija por lo regular hacía las preguntas más extrañas y profundas.

- No lo sé Sumi.
¿A qué se refería? ¿Habría ocurrido algo con Sam que le hiciera pensar eso? Sintió ganas de preguntarle qué había pasado. Pero no quería involucrar ni confundir a Sumi en los problemas de ella y Sam.

- ¿Si alguien besa tu mejilla significa que es están casados?

- Sumi, por favor podemos solo escuchar música. Me duele un poco la cabeza.

Sumi no respondió nada, solo se cruzó de brazos con frustración.

Cuando por fin llegaron a casa de los padre de Sam, Sumi salió corriendo hacia su habitación.

- Y ahora ¿qué le pasa? ¿Por qué corre?
Preguntó la madre de Mon.

- Saluda a los abuelos.
Grito molesta Mon, pero de nada sirvió porque Sumi no le hizo caso.

- Esto va a ser más difícil de lo que creí.
Mon se sentó en la sala derrotada y agotada.

- ¿Cómo le fue a mi nieta con la señora Sam?
Preguntó la profesora, sentándose a lado de su hija.

- Bien, durmió bien, Sam la cuida y la consiente mucho.
Sonrió.

- Estoy segura que Sam será una gran mamá.
Mon asintió con la misma sonrisa, no podía negarlo, le ilusionaba ver a Sam en ese rol.

- ¿Y cuál es el problema entonces?
Cuestionó su madre.

- No sé, Sumi está haciendo preguntas muy raras. Está confundida, no sabe por qué no puede quedarse a vivir en casa de Sam.

Sumi corrió hacia la sala con un álbum de fotos, varias de ellas se cayeron haciendo un gran desastre.

- Mommy, Mommy, mira esto.
Se acercó con prisa a su Mon.

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