Café amargo

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Sumi abrió sus ojos lentamente y los frotó aún con sueño. No recordaba dónde estaba dormida y sintió un poco de temor por unos segundos, hasta que recordó que había dormido en su nueva habitación.

- ¿Mommy?
Preguntó al notar que la habitación estaba vacía.
Con un poco de dificultad y aún adormilada bajó de la cama y salió por la puerta.

- Mami ¿Dónde está mommy? Jalo la camiseta por la espalda a quien estaba parada en el comedor.

- Ahhhhhhhhhh.
Sumi gritó al observar que no conocía la persona que volteaba a verla.

- ¿Qué pasó mi amor?
Sam salió corriendo de la cocina con delantal puesto y harina en el rostro al escuchar a su hija gritar.
Se puso de rodillas para abrazarla.

- Tú debes ser Sumi.
Le dijo Nita a la pequeña, intentando ser lo más dulce posible. Obviamente no era su naturaleza ser tierna con los niños.

Sumi miró hacia arriba con el ceño fruncido para ver a Nita mientras abrazaba a su mamá.

- Mami, ¿quién es esa señora?
Preguntó con enfado.

- Oye, ninguna señora. Soy Nita mucho gusto.
Respondió ofendida Nita.

- Es mi socia, ella trabaja conmigo en la oficina. Estoy preparando el desayuno, ¿quieres ayudarme a terminar?
Le preguntó a su hija, sin darle mucha importancia a la presencia de Nita.

- No, quiero ir con Mommy.
Sumi se cruzó de brazos.

- Me voy Sam, me llevaré estos documentos. No olvides  la junta del lunes.
Nita se despidió besando la mejilla de Sam dos veces como siempre lo hacía y dándole un ligero abrazo que Sam no rechazó. Sumi miraba esta escena con un notable enfado.

- Adiós Sumi, fue un placer conocerte, eres muy parecida a tu mamá, pero mucho más bonita.
Bromeó para molestar a Sam.

- Adiós.
Sumi apenas respondió sin muchas ganas.

- Ven, vamos a prepar el desayuno para Mommy, ella ya debe estar por llegar.

Sam tomó la mano de su hija para guiarla hacia la cocina pero Sumi puso resistencia.

- Quiero desayunar con mis abuelos.

- Amor ¿por qué estás enojada? ¿No te gustó dormir en tu habitación?

- Si, es muy bonita pero quiero estar con mi mommy y no quiero que esa señora esté aquí.

- ¿Nita?

Sumi asintió con molestia.

- Ella solo vino de visita, no te preocupes. Ven, vamos a  la cocina a preparar la mesa y después vamos a cambiarte de ropa ¿ok?

Sam tomó la pequeña mano de Sumi, y su hija la siguió sin muchas ganas.

- Mira lo que preparé para ti y tu mommy.

Sam le mostró los waffles con forma de conejo y corazón. Inmediatamente una sonrisa se formó en el rostro de Sumi, de un momento a otro, su mal humor desaparecio.

- ¿Te gustan?

Sumi asintio feliz y relamiendose la boca.

- Ayúdame a poner estas tazas sobre la mesa.

Sumi lo hizo con gusto.

- Ahora sólo falta colocar estas flores en el centro y listo.

Sam le dio las flores Sumi y la cargó para que pudiera alcanzar el florero que estaba sobre la mesa, estaba entusiasmada preparando todo antes de que Mon llegará, quería sorprenderla.

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