𝐅𝐈𝐄𝐑𝐀 𝐈𝐍𝐐𝐔𝐈𝐄𝐓𝐀 - 𝐋𝐞𝐨𝐧 𝐑𝐞𝐲𝐞𝐬

5 - FIERA INQUIETA

LEÓN

Al día siguiente, Quintina nos despertó muy temprano porque el rey de reyes quería tener un desayuno familiar antes de ir al pueblo.

Al reunirnos en la mesa, todos estaban en silencio y con caras muy largas, incluida mamá.

– Bueno ya, pero que silencio más sepulcral, ni que estuviéramos en un velorio ¿Qué pasa? –Dijo Erick rompiendo el silencio.

Pero nadie respondio a lo que a los pocos segundos mi mellizo se levanto de la mesa.

– Así no da ganas de desayunar en familia, eso me lo ponen muy difícil también – Dijo de vuelta Erick mientras trataba de irse.

En ese momento nuestro padre se levanto y lo detuvo.

– Sientate y termina de desayunar –Dijo el rey de reyes muy serio.

– Papa es que no aguanto tanto silencio, mira las caras largas me voy a deprimir dios, por lo menos pongamos musica, que Quintína hable, lo que sea, algo – Se quejo Erick mientras se sentaba de vuelta.

– Callate y desayuna quieres –Dijo Sansón.

Erick le hacía caras a Juan David, mientras yo aguantaba la risa.

– ¿Ayer los busque y no los encontre donde andaban? –Pregunto mamá mirándonos a los tres.

– Um yo fui al pueblo a entregar unas vacunas a unos hacendados de otra región y ese par fueron conmigo para ayudarme pero desaparecieron –Dijo Juan David.

– ¿Y como hiciste el trabajo, tu solo? –Preguntó mi madre nuevamente.

– No, una joven me ayudo y terminamos temprano, después de eso la invite a una cafetería para agradecerle la ayuda, hablamos de muchas cosas pero nose me sorprendio que una desconocida tenga más nobleza que mis propios hermanos –Dijo Juan David mirándonos con una mala cara.

Papá solo nos observaba con la misma cara que Juan David pero no dijo nada, Erick estaba por hablar pero nuestra madre se adelanto.

– ¿Quien era esa muchacha? ¿Como se llamaba? –Pregunto mi madre con una sonrisa.

– Se llama Monserrat Caballero, llego recién ayer a San Marcos –Dijo Sansón.

Mi mirada fue a él mientras hablaba de mi flor frágil y recordé todo lo que paso cuando la seguí.

– No puedes quejarte hermanito, que estabas muy bien acompañado –Le dije sin pensarlo.

– ¿Por qué no la invitas a la hacienda? Vamos Juan David no seas egoísta deja que los demás conozcan a esa belleza –Dijo Erick.

Así que a mi mellizo también le parecio una belleza.

– ¿Y ustedes como la conocen muchachos? –Dijo Quintina uniendose a la conversación.

– La conocimos en la mañana en casa de la señora sospechosa –Dije mirando a Juan David.

– ¿Y que hacía esa joven ahi hijo? –Pregunto mamá.

– Es hija de Rosario Montes –Dijo Juan David.

Mi madre se quedo en silencio y pude ver la cara de mis padres ambos se pusieron raros.

– Y no es la unica, tiene otra hija más Muriel aunque todavía no pudimos conversar a gusto con ellas como lo hizo Juan David –Dijo Erick molestando a nuestro hermano mayor.

Si Erick supiera que ayer hasta bese a Monserrat me mataria, por no contarle.

– Bueno dejemos el tema de las jovencitas a un lado. Hoy tienen que ir a la comisaria para ampliar sus declaraciones, pero yo los voy a acompañar –Dijo papá haciendo que quite la sonrisa de mi rostro.