Capítulo 3

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—¡Mierda, preferiría mejor a un pirado vestido de Ghostface! No se vosotros, pero yo no pienso quedarme aquí para que me encuentre —Bridgett mira a su alrededor en busca de la ventana. Se dirige hacia ella y la abre para mirar abajo. Justo al lado del alféizar se encuentra una tubería por la que piensa bajar—. Esta es mi vía de escape. ¿Os venís conmigo?

—No, yo ya tengo fichado un sitio —le responde la pelirroja señalando el armario de Rowdy y Chad.

—¿Mindy? —se dirige ahora a la morena.

La melliza avanza y se dirige por un momento hacia la ventana para mirar. En cuanto sus ojos ven la distancia que hay desde el suelo hasta donde están ellas, su piel morena adquiere una tonalidad pálida, muy similar a la de Tara hace unos instantes. Se acuerda perfectamente del último momento que tuvo que escapar por una ventana y no le gusta para nada el sentimiento que conlleva, en especial por la muerte de Anika.

—No lo veo muy claro, ¿eh? —dice Mindy con muy poca seguridad.

—¿Confías en mí? —le pregunta la albina, ofreciendo su mano como si ella fuera Aladdin y la morena Jasmín.

—¿Te sentaría muy mal si te dijera que no mucho? —le responde la melliza a la pregunta.

Bridgett suspira con un poco de frustración tras la respuesta de su compañera de cuarto y refunfuña a la vez que saca su cuerpo por la ventana y coloca sus pies sobre el alféizar. Acto seguido, se gira hacia la morena.

—Mira, hacemos esto —propone Bridgett—. Yo voy primero, nuestra habitación es la contigua a la que tenemos debajo, nos desplazamos unos metros y bajamos por la cañería.

—Si me mato por tu culpa, te mato —le advierte, intentando sobreponerse a los nervios—. Bueno quizás yo no Pero Sam podría hacerlo. Tiene muy malas pulgas cuando se enfada.

Da demasiada información, la intranquilidad le tira de la lengua. La melliza no se da cuenta de ello, pero la albina se queda con el dato.

—Tomo nota. Mira esto es sencillo, puedes ir primero si quieres. Sin embargo te puedo empujar o ir después de mi, pero también corres el riesgo de que tire de tu pie. Así que te sugiero que decidas rápido lo que quieres hacer —encoge los hombros con indiferencia.

—Que te jodan —le espeta enseñándole el dedo del medio.

El recepcionista parece estar impacientándose, pues toca a la puerta otra vez, pero ahora con más insistencia. Los cuatro se giran hacia el sonido, y Rowdy se dirige hacia las chicas para advertirlas.

—Mindy, tienes que decidirte ya, el panoli este acabará rompiendo la puerta y nos va a pillar.

—Vale —le dice al chico—. Iré detrás de ti —añade dirigiéndose ahora a Bridgett.

—Bien.

La joven Macher se agarra de la tubería y se desliza poco a poco hacia su destino, mientras Mindy sale por la ventana tras ella. Unas voces provenientes de la parte de abajo llaman su atención. Al echar un vistazo hacia dichas voces, se encuentra con la misma chica morena que trató de hacerles una foto a Sam y a ella, Lauren. Está junto con un chico bastante más alto, de cabello castaño claro y recogido en una coleta baja y corta, ojos castaños y algo de barba. Enseguida, la albina lo reconoce. Es Rysh, su ex pareja.

—Mirad qué bonito, gente, nuestra querida Julieta psicópata del campus ha encontrado a su Romeo —espeta con jocosidad, probablemente retransmitiendo en directo—. Pero, esperad un momento. ¡La persona que la acompaña es una chica!

—Lauren, anda déjala —le regaña Rysh, empujando el móvil de la chica con suavidad hacia el suelo, con la intención de que deje de grabar.

—Mindy, ¿podrías entrar a nuestra habitación y pasarme la mochila que hay encima de mi cama, por favor? —le pregunta a su compañera.

Sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora