Capítulo 4

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El sol comienza a asomar en la frontera, la escasa cálida luz se filtra a través de los cristales de la habitación de Bridgett, el canto de los pájaros es tan conmovedor que sería capaz incluso de amansar a cualquier criatura salvaje. Todo es paz y sosiego en el descanso de la albina, hasta que se sobresalta por el sonido de unas sirenas de policía acercándose de nuevo al edificio. Se levanta tan abruptamente que cae de culo al suelo.

-Odio a la policía. No entiendo porque tienen que montar tanto drama a las -alarga su mano hacia la cómoda, agarra el móvil para mirar la hora-. ¡Casi las 8 ya, joder!

Se endereza rápidamente, corre hasta la pared opuesta de su cama para golpearla de forma rítmica y lo más fuerte que puede para tratar de despertar a Ania y a Tara. Sin embargo, sus voces no son las que la albina espera oír, sino otras muy distintas.

-¡¿QUIÉN COÑO ESTÁ DANDO GOLPES?! ¡SON LAS 8 DE LA MAÑANA, HIJA DE PUTA! ¡VETE A TOMAR POR CULO!

Todo indica que no era la pared que conecta con la habitación de sus compañeras, sino con la de Sophie y Dinorah. Al parecer no son de las que tienen un buen despertar. A Bridgett le resulta graciosa la idea de que luego la gente la llame a ella agresiva. Observa la cama impoluta de Mindy con ojos curiosos. No entiende por qué no había pasado la noche allí. Recoge un par de sus cosas que habían quedado por el suelo, y no puede evitar entrar en pánico al ver que su foto con la familia Bailey ha desaparecido.

Bridgett se dirige corriendo hacia la pared del lado opuesto para aporrearla y despertar a Ania, quizás también a Tara si sobrevivió a su resaca. Siendo la hora que es, no le gustaría que llegaran tarde a clase.

Tras unos breves minutos, la puerta de la habitación resuena, haciendo saber a la albina que alguien está entrando. Al girarse hacia el sonido, ve que Mindy, Tara, Chad y Sam entran en el cuarto como una marabunta.

La joven albina intenta saludar con cordialidad, pero Sam se adelanta corriendo hacia ella y la agarra por el cuello del pijama, empujando su cuerpo hasta quedar atrapado entre la pared y la morena.

-¡Suéltame! ¿Estas loca o qué demonios te pasa?

-¿Quién eres? ¿Qué cojones es esto? -grita, poniendo la foto frente a su cara.

El mayor de sus miedos se confirmó. En su mente ronda la imagen de la noche anterior. Mindy debió encontrar la foto y por eso no regresó en toda la noche. Bridgett intenta localizar la mirada de la melliza. Sin embargo en cuanto lo hace, esta desvía la mirada, atemorizada y un tanto avergonzada.

-Bueno, es una larga historia -suelta una risita nerviosa-. De hecho si fuera una película harían falta tres o cuatro entregas para explicarla como es debido.

-Pues explícate -replica Tara-. ¿Qué significa esa fotografía?

-Chicas, sé que todos queremos explicaciones ¿Pero hace falta ser tan brusco? -añade Chad.

-Deberías hacerle caso al chico. Si me vas a poner contra la pared, lo menos que puedes hacer es invitarme a cenar -le guiña un ojo, de forma juguetona.

Pero Sam deja en claro que no está para tonterías, cuando retrocede un par de pasos para golpear de nuevo la espalda de Bridgett contra la pared. La albina se cansa de tanto maltrato y clava sus uñas sobre los brazos de la morena, provocando que la suelte al instante.

Están a punto de abalanzarse la una sobre la otra, cuando Mindy se interpone en el camino de ambas, evitando una pelea que ella misma consideraba innecesaria, al menos por el momento.

-Entiendo que todos estamos un pelín tensos. Pero comportándonos así no vamos a llegar a ninguna parte -dice Mindy de forma conciliadora-. Te escuchamos -añade, dirigiéndose a Bridgett.

Sombras del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora