●CAP 1●●|Mi vida de cazadora|●

111 6 3
                                    

•NARRO YO
La luna aparece y las personas se van a dormir para descansar de un largo día. Para unos la noche es un regalo ya que pueden relajarse y tranquilizarse al dormir, pero para otros la noche es una pesadilla...

Serca de un aldea hay un bosque el lugar está oscuro solo lo ilumina la luz de la luna. En el bosque hay veces que va una familia para tener un día de campo o acampar ahí ya que es muy bello, pero última desaparecen personas, familia o algunas que recolectan algunas frutas de ese sitios, pero no se les ve a volver a salir y las personas del pueblo se empezaron a preocuparse y a rumorear que esta embrujado o maldito.

*Slash*

Ese sonido proviene del bosque. Ahí esta una criatura con garras, ojos como un gato, colmillos y unos cuernos a los costados de su cabeza como los de un toro. Aquella criatura es un demonio, el mismo fue decapitado, su cabeza está en el suelo al igual que su cuerpo que se desplomó en el pasto. Cabeza y cuerpo se estaban volviendo cenizas, normalmente los demonios maldicen a quien lo mato pero este demonio estaba tranquilo con una mirada triste conteniendo las lágrimas pero se notaban.

— ....G-Gracias....— Dijo con tristezas para después desvanecerse y que los restos se fueran volando con el viento.

Aquella palabras se las dijo a quien lo mato. Una joven que tiene en mano una katan de color fucsia y, dorado en la parte cortante del filo. Es una joven de pelo rubio con la puntas blancas, unas ebillas de flores (fucsia, rosa y blanca), ojos fucsias, un collar de corazón, un uniforme con falda de color oscuro, un haori blanco con dorado difuminado y unas ramas de olivo tejidas y unas botas blancas con fucsia algo oscuro. También tiene la funda de su katana de color blanco con toques dorados y en la funda esta enrollado un rosario rojo y en los bordes blancos.

Pero hay algo peculiar en ella. Y eso son sus ojeras, significando su falta de descanso, que no duermen bien, y sus piernas, tiene varias vanditas blancas en sus piernas y una en la punta de su oreja derecha.

La chica solo tiene una mirada cansada pero a la vez triste al demonio que se desintegró al cortarle la cabeza con su espada.

Ella solo bostezo y enfunda su kanata. Levanta la vista hacia la rama de un árbol.

— ¿Debería aprovechar que ya me encarge de todos los demonios del bosque y dormir un rato?— Dijo la chica.

Ella lo penso, hasta que tomo una desición.

— Tal vez, primero debería de asegurarme de que no aya más— Dijo. Y sin más empezó a correr.

Corrió por todo el bosque y busco en cada esquina para ver si aún había algún demonio/s sobrantes. Una vez verificado que no hay más demonios en el bosque se dispone a caminar a la aldea. Estuvo tanto tiempo en ese lugar que si no fuera por la luz del sol que se asomaba un poco por las hojas de los arboles que esta saliendo el sol. Calculo que cuando ya este en la aldea ya estarían abiertas varias tiendas de comida. No suele comer y cuando lo hace come poco, y está vez tiene hambre por lo que pediría algo para que pueda comer un poco, además el desayuno es la comida más importante del día.

Ya en la aldea, los residentes la ven sorprendidos, normal, últimamente quien entra al bosque no vuelve a ser visto. A la chica la vieron ayer y preguntando sobre las desapariciones que sucedieron últimamente. Cuando la vieron entrar en la noche pensaron que no la volverían a ver pero esta acá presente ante ellos.

Ella, con calma, camina hacia un puesto de comida.

— Hola...¿Disculpe?— Saludo con timidez.

— ¡Hola! Buenos días, ¿Qué desea ordenar?— Preguntó el dueño.

Pilar ArcángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora