Cazado || Gears of war Gay ||

Ц И I Ф И

—Bienvenido a casa.

—Bienvenido a casa.

Rápidamente se levantaron del suelo, sacudiéndose la armadura antes de ir a recibirlo.

Estaban felices de verlo, el más joven de los Carmine estaba cerrando la puerta tras de sí mientras se quitaba el casco.

Sus corazones dieron un brinco al ver esa cara de nuevo. Con sus ojos llenos de alegría.

Saltando de inmediato a los brazos de sus esposos.

—¡Chicos los he extrañado tanto!

Decía con los ojos llorosos.

Llorando de pura felicidad, se aferró con fuerza a las hombreras de Toku, mojando la armadura con sus lágrimas.

—¿Porrr qué... Llorrras? —Raku había desarrollado un fuerte acento del norte del continente al igual que su homónimo.

—No estoy llorando —replicó—, es que se me metió algo en el ojo.

—Si estás llorrrando...

El mellizo lo tomó delicadamente el cuerpo de Benjamín, obligándolo a que con sus piernas rodeara su torso.

Lo miró cariñoso, llevándolo hasta la mesa.

Raku movió una silla para el Carmine, dónde fue depositado con mucho cuidado.

—Nts nts nts —zumbaron, acercándole el platillo que habían preparado.

Los pares de ojos gemelos lo observaban con interés, su trabajo como buenas "esposas" según lo que Skorge les había dicho era complacer a su marido.

Su humano iba a ser muy feliz.

Además que ver los rostros enfurecidos de los hermanos mayores de su humano era tan hilarante.

Benjamín era suyo por la eternidad según los anillos que usaban.

—¿Tus herrrmanos fuerrron a verrrte?

Los mellizos preguntaron mientras veían a su esposo comer lo que tanto trabajo les había costado preparar.

—¿Qué? Nho lots entemduh —el humano hablaba con la boca repleta de comida, ¡estaba deliciosa! atascándose la boca con carne y verduras.

—Tus herrrmanos —hizo extraños ademanes que él no pudo entender—; ¿te visitaron?

—Si —respondió sonriente—; Arky también me visitó, él fue quien me trajo a casa.

Para nada fue del agrado de los therons escuchar eso de nuevo, el recordatorio de que habían más locust que se podrían interesar en su humano. Haciendo presente su molestia con gruñidos y maldiciones.

—No sean celosos chicos.

—Quiere alejarte de nosotros.

El Carmine no pudo entender los gruñidos locust pero por las expresiones de sus maridos entendió que no era nada bueno.

—Sí. No le basta con su hembra —golpeó la mesa con fuerza, haciéndola crujir.

—¡Quiere la nuestra también! —exclamó eufórico.

El general Raam fue quien los alecciono en la Hondonada, eran alfas entre esos drones que conformaban la horda.

Por derecho real tomaban lo que querían.

Raku tomó su hacha de la cocina y sus pesados pasos no eran una buena señal.

Benjamín se mordió la lengua, corriendo frente a los mellizos que ya casi salían de su hogar.