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La contraseña
・° ・° 。。゚Todas las tardes de la siguiente semana me paso investigando sobre cómo ser una buena niñera. Hay millones de sitios que tienen diferentes reglas, y no me paro del escritorio hasta que encuentro unas que soy capaz de seguir. Las imprimo y comienzo a practicarlas.
No pienso fallar esta vez, y no puedo dejarlos plantados ni devolver el dinero, porque ya lo he gastado en un regalo para Nick. Su cumpleaños es este mismo sábado.
Trato de memorizar algunas reglas que me parecen más importantes que otras, me visto adecuadamente para causar buena impresión y el viernes en la tarde llego a la casa de los Flores. Ahí, Helen, la madre de los tres niños, Bobby, Michelle y Ryan, me recibe con mucha felicidad. Está vestida de forma elegante y me explica las reglas para cada niño. También me ofrezco para hacer algo más en la casa, como dicen las reglas de niñeras, y me pide que meta la ropa a la lavadora.
Las primeras horas con ellos son tranquilas en verdad. Después de ver un par de capítulos de Bob Esponja, Michelle se acerca a la mesa para niños y saca una bolsa llena de crayones y una hoja de papel.
Mientras dibuja, sus hermanos se sientan a su lado y hacen lo mismo. Incluso Ryan me invita a dibujar con ellos. Bobby ha hecho un dinosaurio, Michelle una flor y Ryan un cohete. Yo he hecho tres ositos con sus nombres y cuando les regalo la hoja, ellos me abrazan emocionados. Como agradecimiento, cada uno me regala sus dibujos.
Pronto quieren ver una película, y mientras eligen cuál ver, preparo palomitas. En un par de minutos estoy de vuelta, y han puesto Un jefe en pañales. Mientras carga la película, Michelle se gira y, con toda la inocencia del mundo, me pregunta.
—Olivia, ¿De dónde vienen los bebés?
Me atraganto con una palomita. Nunca me habían hecho tal pregunta, y mucho menos alguien que esté tan... pequeño.
—Eh... vienen de...
—Las cigüeñas! —dice Ryan, y yo lo confirmo—. Eso es lo que muestran en la película.
—Pero yo nunca he visto que una cigüeña vuele con un bebé —dice Michelle.
—Es que lo hacen en secreto —respondo—. Es muy de noche cuando lo hacen.
—¿Como Santa?
—Ajá, como Santa.
Cuando la película ha terminado, Bobby ya se ha quedado dormido. Lo llevo a su cama y de inmediato Ryan y Michelle dicen que quieren jugar a las carreras. Ryan saca sus autos de juguetes y armamos una pista improvisada.
—Preparados —digo; ambos niños tienen una mano en un auto para lanzarlo—, listos... ¡ahora!
Los autos recorren la sala y el comedor, deteniéndose gracias a una pared. El auto de Michelle ha sido el más veloz por muy poco.
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Romper el hielo | ✓
Ficção Adolescente❝ Una chica en problemas y el capitán del equipo rival ❞ BILOGÍA HIELO 🧊 (no es necesario leer este para entender el otro) Hielo de verano está disponible en mi perfil. Después de varias súplicas, Olivia por fin acepta ir al partido de hockey de su...