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La tierra había comenzado a formarse en lodo.

La lluvia inició casi al mismo
tiempo que la batalla, desgraciadamente parecía que no se detendría pronto.

Geto tomó con fuerza su espada y corrió hacia donde uno de sus hombres mas jóvenes estaba siendo
acorralado.

Megumi solo fue capaz de observar
como iban cayendo uno a uno los
enemigos.

El cabello de Geto lucía desordenado luego de que algunos mechones se escaparan de la liga que llevaba puesta para sujetar su cabello.

Los del norte planeaban pelear
para dominar el Sur, sin embargo
el ejercito de Suguru se adelantó a
sus planes y los atacaron en su
campamento.

A donde quiera que giraras la cabeza te toparías con cuerpos sin vida.

El norte estaba verdaderamente
mal, incluso habían mandado a
mujeres para luchar.

Suguru tenía ordenes especificas de matar a todo el ejército. Así que, bloqueando sus sentimientos como había aprendido desde pequeño, levantó su espada y la enterró en el pecho de una mujer que ni siquiera podía levantar su arma de lo pesada que ésta estaba.

Después de unas largas horas la batalla llegó a su fin, por lo que para terminar decidieron juntar los cuerpos para prenderles fuego.

Geto observó como itadori, uno de sus hombres, se mantenía parado detrás de una casa de campaña sin moverse un centímetro.

Enfundó la espada en su cadera y
caminó hasta el chico de a penas 20
años.

Cuando llegó a su lado lo encontró
viendo el cuerpo tirado a sus pies.

Una mujer estaba muerta.

—tómala y ve a dejarla con los demás —ordenó

Pero itadori ni siquiera parpadeó.

—Yuji itadori te he ordenado que tomes a la mujer y la llev— se vió interrumpido por el joven

—estaba embarazada

Geto guardó silenció y miró las manos de itadori, viendo como
estas estaban llenas de sangre y
temblaban ligeramente.

—intenté salvar el bebé, pero otro
soldado me atacó y tuve que seguir
luchando— levantó la cabeza y lo
miró— ya es muy tarde

Los ojos del joven amenazaban con
derramar lágrimas, lo que puso en
alerta a Suguru.

—Nunca llores en un lugar donde has peleado por el bienestar de tu pueblo— dijo —si tienes remordimientos asegúrate de sacarlos en privado, no frente a mas soldados ¿quedó claro?

Itadori sorbió su nariz y asintió.

—yo la llevaré a ella, ve a ayudar a
los demás

Ni siquiera tuvo que repetirlo dos
veces para que Yuji se diera la vuelta y se alejara de ahí.

Con un suspiro se agachó y tomó los pies de la mujer para arrastrarla junto a los otros cuerpos que se encontró en el camino.

Cuando todo estuvo listo subieron a
sus caballos y partieron de regreso al Sur.

Geto no tuvo que decirles nada a los demás pues ya cada quien sabría a dónde escapar para ahogar las penas.

Suguru dejó su caballo bien amarrado fuera del burdel para luego entrar en el lugar y esperar solo lo suficiente a que Shelly lo viera y se reuniera con él.

—Señor Suguru

— Shelly

Tal vez fue su aspecto lo que le
dijo a Shelly lo mal que estaba ya que caminó mas rápido de lo acostumbrado a la recámara.

A penas y alcanzó a cerrar la puerta cuando la chica se vio
envuelta en un abrazo gigante.

—shhh, todo está bien—murmuró
con tranquilidad mientras acariciaba los brazos del hombre.

Dejando que Geto expusiera sus
miedos y así poder darle un
poco de cariño.

Permitiendo que mojara su hombro
con sus lágrimas.










🖤








vulnerable / Suguru Geto /Donde viven las historias. Descúbrelo ahora