vulnerable / Suguru Geto /

3

Ya era de día. El sol brillaba con
fuerza.

Los ojos de Shelly fueron los primeros en abrirse.

Podía sentir el cuerpo pesado del general Suguru a su costado, aferrado a su cintura como si tuviera miedo de que pudiera irse.

Cómo si Shelly fuera capaz de pensar en alejarse de él.

Con una sonrisa se dió vuelta y abrazó a Geto como si se tratara de su pareja. Le gustaba aprovechar cada segundo a su lado.

Con una mano quitó los cabellos en
la frente de Geto. Su cabello habia
crecido mucho desde que lo había
conocido. inconscientemente su mano fue acariciando la piel descubierta de Geto, desde su cuello hasta su tonificado pecho.

Calor recorrió su cuerpo al imaginar todo lo que ese cuerpo podría hacer con ella. La destrozaría, pero maldita sea si no valdría la pena.

El ceño de Geto se frunció de repente, haciendole saber a Shelly que había despertado.

—buenos días

—Buenos días Shelly

Una de las grandes manos de Geto se colocó en la espalda de Shelly y la empujó hacia su propio cuerpo.

Dejó un pequeño beso sobre los
labios de la rubia, dejándola sorprendida.

—Gracias por siempre estar conmigo

Shelly sabía a lo que se refería. Ella era una prostituta de alguna manera especial. Su belleza exótica (como solían llamarle) le daba demasiados clientes. Afortunadamente también le daba la oportunidad de poder elegir ella misma. Es por ello que siempre esperaba por Suguru, incluso si eso significaba tener menos ganancias.

—No es nada —murmuró avergonzada

—sabes que si lo es

Ella no dijo nada, dejando que Geto se pusiera de pie y comenzara a ponerse la armadura de
nueva cuenta.

—¿irás a otra batalla pronto?

—No, pero tengo que entrenar a los
mas jovenes—amarró su cabello en
una pequeña coleta

—¿por que no lo dejas? podrías
irte a vivir al oeste, trabajar en el
campo. Alguien como tu no tendría
problemas para sobrevivir de esa
manera. Podrías vivir ahí

podríamnos vivir ahí

—No es tan facil —tomó la funda de la espada y la amarró a su cintura.

Se acercó a la cama, donde aún
estaba Shelly y le plantó otro beso
ligeramente mas profundo.

—Nos vemos

—vale, cuidate

Las prostitutas en la planta baja miraron como el General abandonaba el burdel con una
diminuta sonrisa en su rostro. Shelly debe hacerlo realmente bien,
pensaron.

Geto pasó a su hogar (si es que
puede llamarle así) y tomó una
ducha antes de partir al campo de
entrenamiento del reino.

Los chicos que cumplieron
recientemente la mayoría de edad
debían entrenar con el resto de los
soldados en caso de que una batalla
se iniciara de imprevisto.

Nunca estaba de más ser precavido

—Hoy aprenderán a tirar con un arco

Los jóvenes tomaron sus arcos y una de las flechas que tenían a un lado.

Geto caminó entre las filas para ver el potencial de cada uno.

Duraron alrededor de una hora entrenando de esa manera hasta que Hinata, el hijo del herrero del pueblo, llegó corriendo hasta donde estaba Suguru

—¡General! ¡General! — gritó desesperadamente

—¿Qué pasa?

el chico respiraba de manera agitada y en su rostro podía verse el miedo que tenía.

—El burdel..

—vamos, dime

—Lo han atacado. El burdel fue
atacado por los aliados del Norte

🖤