capítulo 5

2.2K 197 42
                                    




— ¿Qué te pareció? ¿Te gustó?—Jay me preguntó mientras salíamos del teatro, asentí jugando con nuestras manos entrelazadas.

— Me gustó muchísimo... Es la primera vez que veo un musical, de hecho es la primera vez que veo una obra de teatro en general, no creí que me gustarían tanto.—respondí con una sonrisa.

— Si quieres podemos volver otro día.

— Sí, sí, por favor.—me sonrió asintiendo con la cabeza y pellizcó mi mejilla. Llegamos al estacionamiento y me abrió la puerta del auto para que pudiera subir, le agradecí sonriendo y me subí, abroché mi cinturón mirando a Jay rodear el auto para subirse al asiento del conductor.

— Estuve pensando en llevarte a un restaurante pero al final decidí que quería cocinarte yo mismo.—dijo comenzando a conducir, alcé las cejas sorprendida.

— ¿Sabes cocinar?

— Sí, y cocino muy bien, por cierto.—respondió con orgullo y solté una pequeña risa.

— Bueno, ya quiero probar tu comida... Yo soy mejor con los postres, los que no van horneados ni llevan tantos ingredientes.—dije haciéndolo reír.

— Tu especialidad son las gelatinas entonces.—habló divertido y me miró de reojo.

— Exactamente.—ambos reímos.

Después de eso nos quedamos en un silencio bastante agradable, en esas semanas me di cuenta de que nos sentíamos tan cómodos el uno con el otro que no necesitábamos hablar, sólo necesitábamos saber que el otro estaba ahí, haciéndonos compañía.

Apoyé la cabeza en la ventana mirando los autos pasar junto al nuestro y una pequeña sonrisa apareció en mi rostro, me sentía muy bien estando con Jay, me sentía muy feliz y dichosa,  jamás me había sentido así antes... Nunca creí en las almas gemelas pero después de conocerlo comencé a creer, y aún más después de saber que nos habíamos conocido de niños. Aunque bueno, era algo muy probable ya que nuestras madres habían sido mejores amigas.

— ¿Tienes sueño?—me preguntó con su voz aterciopelada y puso su mano en mi muslo, dando un suave apretón y luego tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos. Ese gesto podría haberse sentido como algo lascivo pero fue todo lo contrario, se sintió más como un gesto entrañable, afectuoso e inocente... Era reconfortante saber que Jay no me quería solamente para saciar sus deseos carnales.

— No, sólo estaba pensando...—murmuré acomodándome en mi asiento y giré la cabeza para mirarlo.

¿Cómo es que su ex novia dejó ir a un hombre tan espléndido? No lo entendía y aunque ella misma me lo explicara, jamás lo comprendería, Jay parecía un personaje sacado de una historia juvenil de romance, era caballeroso, educado, comprensivo, cariñoso, romántico y demás adjetivos, era el hombre perfecto, al menos lo era para mí.

Bajé la mirada a nuestras manos entrelazadas y suspiré, por muchos años tuve miedo de volver a acercarme a un hombre por lo que había sucedido con Euijoo... Siendo sincera, seguía teniendo un poco de miedo pero me aterraba más el simple pensamiento de que pudiera llegar perder a Jay por mi cobardía, ¿cuándo volvería a encontrar a un hombre como él?

— Jangmi, ya llegamos.—su voz me sacó de mis pensamiento y respiré profundo, armándome de valor.— ¿Todo está bien? Te noto algo distraída...

— Jay.—lo llamé con la voz temblorosa.

— ¿Si? ¿Qué pasa?

— ¿Quieres ser mi novio?—abrió los ojos en grande asombrado por mi pregunta.

Blind Date | Jay ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora