capítulo 27

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Unos suaves golpes se escucharon en la puerta de mi habitación y aparté la mirada del monitor de mi computadora.

— Adelante.—dije acomodándome en mi silla y seguí escribiendo.

— Jangmi.—mi madre entró y se quedó parada junto a la puerta, tenía el ceño ligeramente fruncido, como si hubiera visto algo que no le agradaba para nada.— ¿Me puedes explicar porqué Park Jongseong está en la entrada de nuestra casa con un ramo de rosas falsas, un juguete y unos papeles de divorcio?—abrí los ojos en grande y volteé a verla, levantándome de la silla.

— ¿Jay está aquí?—quise sonreír de la emoción, ¿por fin se había divorciado?

— ¿Te metiste con un hombre casado, Lee Jangmi?—mi progenitora se cruzó de brazos, mirándome con desaprobación.

— No, claro que no, yo no soy así... Además, su matrimonio no era verdadero.—pasé junto a ella para salir de la habitación y me apresuré a ir a la puerta, quería ver esos papeles de inmediato.

Al entrar a la sala me llevé la sorpresa de que Jay ya estaba dentro del departamento y estaba sentado en el sillón platicando con mi hijo Mincheol.

— Jay.—lo llamé acercándome a ellos.

— Mami, mira lo que me trajo éste señor.—mi hijo me mostró un muñeco de su superheroe favorito, sonreí, fue por eso que Jay me preguntó cuál era el superheroe favorito de Mincheol.— Está muy bonito, ¿verdad?

— Sí, está muy bonito, mi amor... ¿Le agradeciste al tío Jay?—Mincheol negó con la cabeza y se giró hacia Jay.

— Muchas gracias, tío Jay, este se volverá mi juguete favorito.—le sonrió dándole un pequeño abrazo, Jay le devolvió la sonrisa y le despeinó el cabello cariñosamente.

— De nada, pequeño, disfrútalo.

— Bueno, amor, ve a enseñarle tu nuevo juguete a la abuela.—asintió y salió corriendo a la habitación de su abuela. Tomé asiento junto a Jay y lo miré fijamente.— Hola.—dije con una sonrisa, me sentía como colegiala enamorada.

— Hola.—Jay me respondió sonriendo también, miró a su lado y tomó el ramo de rosas artificiales, extendiéndolo hacia mí.— Esto es para ti, una rosa para otra rosa.—solté una risa y tomé el ramo.— Lamento que sean falsas pero...

— Está bien, así durarán más tiempo conmigo, muchas gracias.—lo interrumpí abrazándolas contra mi pecho y la sonrisa de Jay se hizo más grande.— ¿Qué es lo otro que tienes ahí?—pregunté señalando los papeles que estaban en su regazo, bajó la mirada a ellos y los agarró con su mano.

— Son los papeles de mi divorcio, acabo de firmarlos hace como una hora... ¿Quieres leerlos para cerciorarte de que estoy oficialmente divorciado?—asentí y dejé a un lado mis rosas, me pasó los papeles y les di una leída rápida. Sonreí ampliamente, Jay era un hombre soltero nuevamente.

— Bueno... ¿Y ahora qué haremos? ¿Y si vamos a otro lugar?—pregunté con tono seductor.

— Quiero llevarlos a cenar.

— ¿Eh?—emití confundida, ¿no se dio cuenta de que me estaba insinuando?

— Quiero llevar a tu familia a cenar y convivir un poco con ellos... Voy a demostrarte que hablo en serio cuando digo que quiero ser una figura paterna para tu hijo, cuando digo que quiero formar parte de sus vidas.—alcé las cejas sorprendida, Jay seguía siendo el mismo hombre encantador del que me enamoré... Lo que me había dicho Eunae comenzaba a cobrar sentido, que Jake y Yura planearon lo que pasó en Jeju, ambos nos provocaron usando nuestros puntos débiles para hacer que termináramos y desgraciadamente lo lograron... ¿Cómo hubieran sido nuestras vidas si ese par de locos no se hubieran interpuesto entre nosotros?

Blind Date | Jay ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora