— Llegaste temprano.—dije sorprendida mientras miraba a un Jay bien vestido afuera de mi departamento, había llegado media hora antes de la hora que acordamos. Y yo apenas me había salido de bañar, mi mayor defecto era ser impuntual.
— Perdóname, estaba muy ansioso por verte.—respondió con las mejillas sonrojadas y una sonrisa, esa hermosa sonrisa que me hacía sentir un hormigueo en el estómago y me atontaba por completo.
— Yo también estaba ansiosa por verte, aunque no lo parezca.—hablé soltando una pequeña risa y luego recordé algo que me hizo sonrojar, ¡estaba en toalla frente a Jay! Llevé mis manos al borde de la toalla, sujetándola con fuerza para que no se me cayera.— ¡Pasa, ya vuelvo!—grité corriendo a mi habitación, qué vergüenza.
Me apresuré a ponerme el vestido que había escogido en la mañana y sequé mi cabello lo más rápido posible para no hacer esperar tanto a Jay... Eunae era la que me peinaba cuando tenía algún evento especial por lo que simplemente cepillé mi cabello, me puse corrector para cubrir mis ojeras, máscara de pestañas, rubor y una tinta de labios, no solía maquillarme mucho así que ya estaba lista.
Antes de salir de mi habitación me rocié mi perfume favorito, el cual Jay me había elogiado el día que nos conocimos. Fui a la sala y me sorprendí al encontrar a Jay mirando las fotos que teníamos en la sala, sintió mi presencia y se giró hacia mí con una foto en las manos.
— ¿Esta eres tú?—me acerqué a él y asentí al ver que era la foto de cuando tenía alrededor de seis o siete años, habíamos viajado a Estados Unidos para asistir a la fiesta de cumpleaños del hijo de una de las amigas de mi madre. Como era una fiesta de gente rica, mi madre me compró un vestido muy lindo, muy costoso pero lindo, parecía una muñeca ese día.— No puede ser...—murmuró mirando la foto como si hubiera encontrado un tesoro.
— ¿Qué cosa?—pregunté preocupada por su reacción.
— Eres Rosie.—fruncí el ceño confundida.
— ¿Cómo?—asintió mirándome a los ojos.— ¿Rosie?
— ¿No lo recuerdas? Fuiste a mi fiesta de cumpleaños... No puedo creerlo, eres Rosie, creí que jamás te volvería a ver.—dijo sonriendo ampliamente dejando el marco en su lugar y me tomó de los hombros, se veía muy feliz pero yo no recordaba haberlo conocido en esa fiesta.
— ¿Era tu fiesta?—susurré bajando la mirada para tratar de recordar algo... Alcé las cejas cuando un recuerdo vino a mi mente, el recuerdo de un niño corriendo hacia mí mientras me llamaba Rosie.— No puede ser, eres el niño fastidioso que no se alejaba de mí... Con razón mi madre me dijo que te hiciera caso en todo, era tu fiesta.
— ¿Niño fastidioso?—dijo entre ofendido y decepcionado, quise reír.
— Sí, niño fastidioso... ¿Se te olvidó que me seguiste a todos lados? Ni siquiera me dejaste sola cuando fui a hacer pipí.—pellizqué su mejilla y sonreí divertida.— ¿Por qué me seguías tanto, eh? ¿Acaso te gusté?—pregunté en tono de broma queriendo molestarlo un poco.
— Sí, me pareciste la niña más linda.—dijo con expresión seria, aparté la mirada sintiendo que me sonrojaba, no me esperaba esa respuesta.— Me sorprende que ahora de adultos me sigas pareciendo la niña... No, la mujer más hermosa que he visto. Y al igual que en aquellos años... Me gustas, Jangmi.
— No digas eso.—murmuré bajando la cabeza y lo empujé suavemente, cada vez que me decía que era hermosa o que le gustaba me sentía abrumada, no estaba acostumbrada a que me dijeran cosas como esas y en ese momento era peor porque lo tenía frente a mí.
— ¿Por qué no? Es la verdad.—tomó mi mentón y me hizo mirarlo, me mostró una pequeña sonrisa sin mostrar los dientes y acarició mi mejilla con su pulgar.— Me gustas mucho, Jangmi.
— ¿En verdad?—asintió mirándome con cariño, apreté los labios sintiendo que se me aceleraba el corazón.— Tú también me gustas, Jay, me gustas mucho.
Nos miramos a los ojos por unos instantes y luego poco a poco nos fuimos acercando, cerré los ojos deseosa por sentir sus labios sobre los míos, las dos veces que nos vimos en persona habíamos estado a nada de besarnos y me había quedado con unas terribles ganas de besarlo... Me dije a mí misma que si alguien llegaba a interrumpirnos lo agarraría a golpes y luego besaría a Jay.
Por suerte eso no sucedió... Jay tomó mi cintura para acercarme a su cuerpo y por fin unió nuestros labios. El beso comenzó con suavidad, nuestras bocas estaban conociéndose tímidamente... Sus labios sabían a miel, lo que hizo que el beso fuera aún más dulce. Nunca me habían besado de una manera tan tierna y amorosa, se sentía muy bien.
Incliné la cabeza hacia un lado pegándome a su cuerpo, puse mis manos alrededor de su cuello y enredé mis dedos en los cabellos de su nuca, jalándolo suavemente conforme el beso subía de tono, volviéndose más apasionado e intenso.
Después de estar un rato besándonos comenzó a hacernos falta el oxígeno, por lo que tuvimos que separarnos con desgana, juntamos nuestras frentes mientras regulábamos nuestras respiraciones.
— No sabes cuántas ganas tenía de besarte desde nuestra primera cita.—Jay murmuró con la voz entrecortada.
— ¿Y por qué no lo hiciste?
— Leí en una revista que no se debía besar en la primera cita porque eso podría arruinar la posibilidad de tener una segunda cita y yo quería seguir viéndote.—solté una pequeña risa.
— Bueno, ahora puedes besarme cada vez que quieras.—dije seductoramente y me sonrió.—Ahora que lo recuerdo, nuestra cita.
— ¡Cierto! Vamos, planeé algo muy divertido... Vamos, vamos.—me empujó con delicadeza hacia la puerta, tomé mi bolso y salimos del departamento, la noche apenas estaba comenzando.
Pd; No lo mencioné antes pero Jangmi significa rosa, la flor, por eso Jay la llamaba Rosie jaja
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Blind Date | Jay Park
Фанфик❝No debí aceptar esa cita a ciegas, porque ahora no me puedo sacar de la cabeza a ese encantador chico. ❞ • ❥ Historia completamente mía. ❥ Heterosexual. ❥ Prohibida su copia y/o adaptación. Iɴɪᴄɪᴀᴅᴀ﹕2023.07.30 Tᴇʀᴍɪɴᴀᴅᴀ﹕2023.10.31