Capítulo Cinco: La cena

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Perdón por las faltas de ortografía, trato de que no sean muchas pero se que aún así hay 💖

Colin

Sentía como su cuerpo temblaba a cada paso que daba. Tuvo que sostener mi mano para no resbalar de los nervios. Sus pasos se escuchaban por todo el salón y eso solo la hacía ponerse más nerviosa.

En cambio, yo caminaba con elegancia y expresión seria, sin demostrar mis nervios. No estaba del todo seguro sobre esta mentira, pero ya estábamos aquí, no había vuelta atrás.

—Señor Colin, lo están esperando en el comedor —me avisa Kim, una trabajadora muy antigua de la casa.

—¿Ya han llegado todos? —pregunté mirándola de reojo.

—Solo falta su hermana.

Eso es muy raro, Cami nunca llega tarde.

—Muchas gracias.

Continué mi caminata hacia las grandes puertas negras que dan al comedor. De reojo veo cómo mira todo con asombro, parecía una niña en una juguetería.

—No olvides sonreír, eres nueva para ellos y querrán investigar más sobre ti. No dejes que sus miradas te intimiden.

Asiente nerviosa. Me giro hacia ella, la tomo de las mejillas. En sus ojos azules había un toque de miedo y ansiedad.

—Kathe, todo va a estar bien, esto nos va a salir bien —tenía que tranquilizarla para que esto no lo echara a perder—. No es mucho tiempo lo que durará la cena, podrás subir a la recámara a respirar.

—¿Nos quedaremos las cinco semanas aquí?

Creo que la respuesta era algo obvia.

—Pensé que era obvio, ¿por qué crees que trajimos las maletas?

—No me lo había puesto a pensar —muerde su labio aterrada—. Cinco semanas estando con una familia multimillonaria que me aterra sin siquiera conocerlos.

—No será tan feo, la mayoría se irá a trabajar temprano. Trataré de no dejarte sola con ellos para que no pases momentos incómodos.

Cierra los ojos soltando un suspiro. Su otra mano tomó la mía y las apretó fuertemente. Katherine era muy linda, su rostro era demasiado dulce, igual que su sonrisa. Sacaba una parte de mí que yo conocía, y no me gusta eso. Me daba la impresión de que no importa qué fuera lo que me pidiera, yo lo haría.

Eso no estaba bien. ¿Pero cómo evitaba eso? Sus mejillas sonrojadas por indignación cuando le di el anillo me produjeron una sensación extraña. Esta chica estaba haciendo conmigo lo que quisiera.

¿Me estaba dominando?

No, no, no.

Yo era Colin Miller, proveniente de una de las familias más importantes de América. No podía dejar que una niñita me dominara.

Unos segundos después me mira convencida.

—Hay que entrar como la perfecta pareja que somos.

—¿Qué son qué? —Giré la cabeza para encontrarme con los enormes ojos azules de Camille. Disimulaba muy bien su expresión, pero se veía molesta. Sus brazos estaban cruzados—. ¿Quién es ella?

Arquea una ceja en su dirección, la intentaba intimidar.

—Te presento a mi prometida —ella va a matarme—. Katherine, ella es mi hermanita Camille.

Katherine muerde su labio nerviosa, ajustando más su mano a la mía.

—¿Desde cuándo tienes una prometida? ¡Joder! ¿Desde cuándo tienes novia?

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