Lunch

462 55 21
                                        


Con las indicaciones del maestro Roshi, sus tres futuros estudiantes se dirigieron hacia el pueblo más cercano. Adelante sobe la nube voladora iba Caulifla, en su rostro se podía ver una expresión de enfado. Detrás de ella Goku cargaba en la espalda a Krilin quien tenía un chichón en la cabeza.

–¡No vueles tan rápido! –expresó el niño sin cabello mientras intentaba sujetarse con fuerza–. Aún me duele y no me puedo agarrar bien.

–¡Te lo mereces por pervertido! –respondió molesta Caulifla sin apartar la vista de enfrente–. Ahora entiendo porque  no puedes subir  a la nube. Si quieres puedes dejarlo caer Goku, yo no diré nada.

–¡No lo hagas! No lo volveré a hacer –respondió asustado.

–¡Eso espero! –dijo casi gritando y molesta, poniéndose de pie  sobre la nube dando vuelta para poder ver mejor a Krilin–. Porque si lo vuelves a hacer te juro que te  mandare al otro mundo.

–¿Tan malo fue lo que te hizo? –preguntó Goku.
–¡Claro que sí! Deja de ser tan ingenuo. Por eso te dije desde un principio que tú lo llevarás.

–¡Lo prometo no lo volveré a hacer! –respondió Krilin pasando saliva–. ¿Podríamos concentrarnos en lo que nos encargó el maestro Roshi? O no nos va a entrenar.

–Tienes suerte de que ya estemos llegando al pueblo que nos dijo el maestro.

–Ella puede dar mucho miedo ¿Verdad? –dijo Goku alegre.

–Ni que lo digas. ¿Cómo has podido sobrevivir junto a ella? No será que le hace falta…

En respuesta a su pregunta, la Nube Voladora se elevó verticalmente tan rápido que hizo caer a Goku y a Krilin. Siendo atrapados por Caulifla a un par de metros antes de caer en el suelo

–¡Fácil!, él no es un pervertido, y no me hace enojar–respondió Caulifla.

–¿Por qué hiciste eso? –preguntaron ambos uno con duda y otro con miedo.

–Perdón Goku, solo quería asustarlo –respondió, dirigiéndole una mirada fulminante a Krilin–. Sigamos.

Llegaron al pueblo más cercano por la distribución de las casas, se notaba que era un pueblo pequeño. Pudieron ver a personas sembrando, recolectando cosechas, todos los observaban al pasar por encima de ellos. Al no encontrar a alguien con las características que pedía el maestro continuaron su recorrido hasta llegar a una zona árida.

–No creo que encontremos a alguien por aquí –dijo Krilin–. Será mejor que busquemos en otro lado.

–¡Auxilio! ¡Alguien ayúdeme! –escucharon una voz gritar.

–¿Qué fue eso? –preguntó Goku.
–Creo que alguien está pidiendo ayuda –respondió Krilin.

–¡Allá! ¡Mire! –dijo Caulifla señalando hacia donde veía a tres personas.

–Es una chica quien está pidiendo ayuda –agregó Krilin.

–¿Creen que deberíamos ayudarla? –preguntó Goku.

–Nuestro abuelito decía que lo correcto es ayudar a las personas que lo piden –respondió Caulifla mientras observaba la situación– Y…

–¡Pero, no tenemos la experiencia necesaria! –interrumpió Krilin nervioso–. Además, ellos tienen armas lo mejor será irnos y hacer como que no vimos nada de esto.

–¿Vienes Goku? –preguntó Caulifla antes de dar un paso fuera de la nube y caer.

–Si lo correcto es ayudarla –respondió antes de seguir a Caulifla–. ¡Vamos!

–¡Espera! ¡Yo no voy! –gritó Krilin, pero Goku hizo caso omiso.

–¡Déjenla en paz! –gritó Caulifla antes de aterrizar.

La repentina aparición de una niña con peinado en pubtas sorprendió a los dos hombres que tenían acorralada a una chica de pelo largo y azul. Vestía unos shorts color amarillo, un top verde sujetado con tirantes, tenía guantes de cuero que dejaban ver sus dedos, unos tenis color rojos y calaveras verdes. Una cinta roja adornaba su cabeza.

–¿¡Quien eres tú!? –preguntó sorprendido uno de  los dos hombres que tenían acorralada a la chica de pelo azul.

–¡Hemos venido a salvarla! –respondió la niña caída del cielo mientras apuntaba con su dedo.
–¿¡Han venido!? –preguntó el otro hombre al escuchar a Caulifla.

En respuesta a su pregunta dos niños más aparecieron desde el cielo. En cuanto aterrizaron Krilin salió huyendo para esconderse detrás de una roca cercana.

–Ellos dos han venido, yo no tengo nada que ver en este asunto, todo fue idea de ellos no mía.

–¡No importa que ustedes sean niños! –dijo con voz dudosa el hombre que estaba más cerca de Goku–. Si interfieren en esto también los arrestaremos.

Sin poder decir más Goku de un golpe desarmó a su oponente antes de que pudiera darse cuenta de algo más,  recibió una patada en el rostro que lo dejó noqueado.

–¡Pero que…! –el otro hombre no pudo terminar la frase al ver a su compañero caído, Caulifla le había dado golpe en el estómago dejándolo fuera de combate.

–¡Vaya! –expresó Krilin sorprendio quien apenas había tenido tiempo de reaccionar a lo ocurrido–. No tomo más que un par de segundos.

–¡Muchas gracias! –expresó alegre la joven recién rescatada–. ¿Cómo podría pagarles su ayuda?

–¡No fue nada! –respondió Krilin con las manos en la cintura mientras salía de su escondite.
–¡Oigan! –dijo Goku–. ¿Creen que ella le guste al maestro Roshi?

–¡Sin duda! –dijeron Caulifla y Krilin al mismo tiempo–. Al ver a la joven.

–¿Cuál es tu nombre? –preguntó Caulifla.
–Mi nombre es Lunch –respondió la chica mientras se incorporaba y se sacudía el polvo–. ¿Quiénes son ustedes?

–Mi nombre es Caulifla.

–Yo soy Goku.

–Y yo Krilin –dijo sonrojado–. Estos hombres parecen policías.

–Es porque son policías –respondió Lunch.
–¡Mejor vámonos de aquí! –dijo sorprendido–. Antes que despierten y tengamos más problemas. Ya platicaremos en el camino.

Los cuatro subieron a la nube voladora. Delante iba Goku cargando a Krilin en la espalda. Atrás de ellos Lunch y de pie sujetándose de ella Caulifla. La nube voladora se había hecho pequeña para llevar a cuatro.

–¿A dónde dijeron que vamos?

–A casa del maestro Roshi –respondió Goku.
Una isla pequeña con palmeras fue tomando forma con forme se acercaban a ella, en el centro una casa color rosa y techo rojo pudo ver Lunch.

–¡Es un lugar pequeño pero hermoso! –expresó Lunch al llegar a la isla.

–¡Me alegra que te guste! –expresó alegre Krilin, fue cuando se dio cuenta que Lunch era más del doble de alta que él.

–¡Ya regresamos! –gritaron Goku y Caulifla desde la entrada.

Ambos entraron en la casa al no recibir respuesta. Encontrando dormido al maestro en el sillón más grande.

Dragón Ball G&CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora