Confesión

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–¡Abuelito! –gritó Caulifla despertando agitada y asustada.

Unos ojos vidriosos y emocionados de un rostro conocido le daban la bienvenida, al ver que despertaba. Una sonrisa se dibujó en su rostro, se dio cuenta que estaba recostada, y su cabeza apoyada sobre el regazo de Goku.

Bulma y los demás levantaron la mirada al escuchar la voz de Caulifla, alegrándose de que estuviera de vuelta, poniéndose de pie y acercándose.

–¡Caulifla! –dijo Goku alegre al ver que había despertado–. ¿Estás bien? Creí que no despertarías.

Quería decir más pero el dedo índice de Caulifla sobre los labios de Goku le hizo guardar silencio.

–No seas tontito, jamás te dejaría –respondió con tanta tranquilidad en su voz que por un momento hizo recordar la tranquilidad que siempre emanaba su abuelo, colocó su mano izquierda sobre la mejilla de Goku.

–¿Tuviste ese sueño de nuevo?

–Sí, así es. A veces sueño con lo que pasó esa noche.

Con su mano Caulifla acercó el rostro de Goku al suyo, quien se dejaba guiar, algo dentro de él le impedía apartarse.

Sus rostros se acercaron tanto que podían sentir la respiración uno del otro. Sus bocas se acercaron y se abrieron.

–Goku... –dijo más como susurro.

El sonido de alguien aclarando la garganta se escuchó, interrumpiendo el momento. Ambos voltearon al escuchar el sonido, Goku tenía una expresión de confundido, Caulifla una expresión de sorpresa con los colores en el rostro había olvidado que no estaban solos.

Bulma fue quien se aclaró la garganta y tenía el puño delante de la boca, su mirada estaba hacia otro lado, pero se notaba rubor en sus mejillas. Uulon sonreía pícaramente, Yamcha tenía los dedos índices juntos y observándolos cómo quien está apenado y Puar solo veía para otro lado.

–Yo... yo.... Nosotros.... Solo... estábamos –le costaba hablar a Caulifla.

–No tienes nada que explicar, je, je –dijo Bulma con un poco de burla en su hablar con su palma extendida frente de su boca.

–¿Qué pasó? ¿Por qué estamos en este lugar? –preguntó Caulifla apartándose de Goku e incorporándose–. Lo último que recuerdo es sentir un piquete en el cuello y luego me dio sueño.

–Fue un dardo lo que te dispararon en el cuello –respondió Bulma–. Eso fue lo que hizo que perdieras el conocimiento.

–A todos nos dispararon uno –dijo Yamcha mientras se sobaba el brazo derecho, lugar donde le habían disparado–. Cómo dijo Pilaf uno a uno caímos.

–A mí me dieron en la pierna cuando intenté correr para ver qué estuvieras bien –dijo Bulma señalando el lugar donde le habían disparado el dardo–. Después de perder el conocimiento creo que me registraron por completo, ya que desperté sin el chaleco antibalas ni mis armas ¡Si descubro que me hicieron algo pervertido los mataré!

–A mí me dieron en el brazo –dijo Goku señalando con el dedo–. Cuando te sostenía al ver que te desmayaste.

–Pero ¿Qué es este lugar? –preguntó Caulifla.

Cómo si se tratara de una respuesta a la pregunta una de las placas de acero de la pared se deslizó revelando una pantalla oculta detrás de esta, se encendió mostrando el rostro de Pilaf.

–¡Me alegra que estén todos despiertos! así podrán escuchar lo que tengo que decir –dijo con sarcasmo Pilaf–. Desafortunadamente no pudimos encontrar la Esfera del Dragón, la escondieron muy bien, los felicito. Sé que está aquí en alguna parte nuestro radar indica que ya están las siete esferas juntas.

Dragón Ball G&CDonde viven las historias. Descúbrelo ahora