🙈Mi Omega 🙊

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Mia nunca iba a salir de los Bosques de las Montañas.
La horrible comprensión se estableció de ella, apoderándose de su mente y cuerpo mientras cojeaba por el camino bajo la luz de la luna, intentando ignorar los crujidos y los ojos brillantes en el bosque a ambos lados del camino.

Había hecho todo lo posible para negar la verdad todo el tiempo que pudo, pero a medida que pasaban los minutos, ya no podía fingir que tenía una oportunidad. Las probabilidades estaban demasiado altas contra ella.
Estaba al menos a veinte millas en territorio Alfa... y eso era demasiado profundo.

Tal vez si fuera corredora de larga distancia entrenada, podría haber regresado a territorio seguro por la mañana, pero no lo era. Era una chica normal con un vestido ajustado y sandalias de tacones, con maquillaje y delineador debajo de los ojos y nudos en el pelo... y una rodilla herida.

No podía olvidarse de la rodilla.
No es que el dolor que se disparó a lo largo de su pierna con cada paso que daba la permitiera hacerlo. Tampoco la lenta corriente de sangre que goteaba por su pantorrilla.

Mia pensó que su rotula debió haberse roto contra el pavimento cuando Dustin la arrojó a un lado de la carretera como una bolsa de basura. No había sentido el dolor en ese momento, pero estaba segura como la mierda que lo sentía ahora.

Durante la última hora, apretó los dientes e intentó superar el dolor y la desesperación. Incluso desde su primer paso, sabía que escapar era una posibilidad remota, pero tenía que hacer algo. Josh y Dustin no iban a volver a por ella, al menos hasta la mañana, y probablemente ni siquiera entonces. Y nadie más sabía dónde estaba.

Si Mia lograba salir de los Bosuqes de las Montañas de una pieza, sería porque se arrastró.
Énfasis en la palabra arrastró.
Incluso a la pálida luz de la luna, Mia podía ver un moretón oscuro debajo de la piel. Caminar era una agonía, y la velocidad era imposible.

Supuso que solo había viajado una milla y media en la última hora.
A este ritmo, no haría ni la mitad del camino a la frontera antes del amanecer.
Aun así, tenía que seguir adelante.

¿Qué otra opción había allí?

¿Arrastrarse a la zanja al costado del camino y esperar a que algún Alfa la encontrase?

Y cuando lo hiciera...

Oh, Dios.

Se negó a pensar en ello. Solo esperaba que cuando la encontrara, la matara rápidamente en lugar de jugar con ella.
Mia dobló una esquina y la pálida luz amarillenta de una señal iluminó el tramo de la Autopista Central ante ella.

El letrero decía BAR DE EVANDER.

Detrás, escondido de nuevo en el borde del bosque, había una caseta de madera baja y anodina, con sus ventanas oscuras. Solo un viejo camión estaba estacionado en la esquina del aparcamiento de tierra.

Mia no recordaba haber pasado el lugar en el camino. Por otra parte, había estado centrada en otras cosas.
Se quedó muy quieta, aterrorizada de que hubiera Alfas en el interior. Era tarde, pasadas las dos de la mañana, pero ¿podría esperarse que los bares de los Bosques de las Montañas siguieran las leyes de toque de queda Beta?

De alguna manera, Mia lo dudaba.
Avanzó lentamente, dejando escapar una respiración irregular. El lugar parecía vacío, pero solo para estar segura, cruzó al otro lado opuesto de la carretera mientras cojeaba.

Acababa de pasar cojeando por la esquina del aparcamiento cuando el sonido de unas bisagras crujiendo la detuvo a medio paso. Seguido del golpe de una puerta pesada al cerrarse.
Mia se congeló. Temiendo respirar, apretó los brazos con fuerza, haciéndose lo más pequeña posible.

🐺Kirk🐺  "Finalizada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora