-Mia
Oh, no.
Mia se acurrucó más profundamente en el suave nido de almohadas. La última vez cuando había permitido que algo la atrajera fuera del cálido y reconfortante capullo del sueño, se arrepintió al instante. No iba a cometer ese error otra vez.
Esta vez no fue la luz del sol tratando de romper el maravilloso respiro de sus sueños, sino una voz baja y retumbante. Una que cayó sobre ella, cubriéndola y consolándola como una manta gruesa.-Mia, despierta.
Una que sabía su nombre.
Oh, mierda.
La conciencia se estrelló en la mente de Mia como un ladrillo arrojado a través de una ventana.
Nunca le había dicho al Alfa su nombre. Estaba segura de eso.
Demonios, durante los últimos días, apenas podía recordarlo ella misma.
Lo que significaba que lo había descubierto de otra manera.
Sus ojos se abrieron de golpe. El cuerpo corpulento del Alfa se alzaba a un lado de la cama. Ella no creía que fuera posible, pero de alguna manera parecía aún más grande que antes.
Por un segundo, se sorprendió de haber sido capaz de tomarlo dentro de su cuerpo. Y mucho menos prácticamente sin parar durante varios días seguidos.
No era de extrañar que cada parte de ella se sintiera tan rígida y dolorida.-¿Cómo averiguaste mi nombre? -preguntó ella, luchando por sentarse en la cama. Sus brazos estaban débiles. Sus piernas también.
Y sus músculos centrales... estaban más que doloridos. Si Mia no lo supiera bien, habría pensado que había pasado la mayor parte de una semana con el entrenador físico más brutal del mundo... lo que no estaba lejos de la verdad.
El Alfa se cruzó de brazos.
-La gente te está buscando.
¿Gente?
Dustin y Josh. Tenía que ser eso.
Habían vuelto.¿Cuánto tiempo la habían estado buscando? ¿Un día? ¿Dos?
Mia negó con la cabeza, solo ahora dándose cuenta de que no estaba segura de cuánto tiempo había pasado desde que el Alfa la había encontrado.
No importaba. Lo importante era que Dustin la estaba buscando. Se había preparado, enfrentó sus miedos y le preguntó a los Alfas dónde estaba. Fue casi suficiente para que Mia lo perdonara.Casi.
La adrenalina comenzó a bombear por sus venas, y miró alrededor de la habitación buscando su vestido. Tenía que estar aquí en alguna parte.
Intentó saltar de la cama para encontrarlo, pero sus piernas estaban demasiado cansadas para sostenerla. Su rodilla se dobló en el momento en que le puso peso, y cayó al suelo.Habría aterrizado con fuerza sobre su trasero, pero Kirk la atrapó en el último segundo. Deslizando un brazo debajo de sus piernas y el otro alrededor de sus hombros, la levantó y la acunó contra su pecho.
-¿A dónde crees que vas? -dijo.
-Dijiste que había gente allí fuera.
Sus cejas bajaron. Líneas profundas arrugaron su frente.-No afuera de la puerta. Incluso si lo estuvieran, ¿qué ibas a hacer?
¿Correr hacia ellos? ¿Rogarles que te lleven?El ceño del Alfa se profundizó.
¿Era eso lo que estaba haciendo? Mia no estaba completamente segura.
Hace solo unos días, habría hecho cualquier cosa para salir de los Bosques de las Montañas, pero ahora estaba en conflicto. Una parte de ella todavía quería irse. Volver a la escuela. Con sus amigas. A su vida normal.Pero otra parte, una parte más profunda y más fundamental, sentía una conexión cada vez mayor entre ella y el Alfa. Una conexión de la que no estaba segura de poder alejarse incluso si lo intentaba.
Lo cual era ridículo, considerando que ni siquiera sabía su nombre.
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🐺Kirk🐺 "Finalizada"
WerewolfLa dejaron por muerta, pero Mia no estaba realmente perdida hasta que su Alfa la encontró. Ninguna mujer viaja voluntariamente a los Bosques de las Montañas Es donde están: los Alfas. Se mantienen así mismos entre lo salvaje, y la civilización Be...