🎭Pequeña perra⛈

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-Deberías haber encontrado otra forma. Una que no involucrara amenazas de muerte.

Kirk se erizó ante la crítica no tan constructiva de su amigo. No se había tomado la molestia de repetir la última semana de su vida con minucioso detalle para escuchar a Kai decirle qué trabajo de mierda había hecho. No necesitaba ayuda para resolverlo.

-Es fácil para ti decirlo -gruñó Kirk-. Todo lo que tenías que hacer para convencer a Katia de que te reclamara era llevarla a una fuente termal.

Kai le lanzó una mirada que estaba lejos de ser divertida.

-Fue un poco más complicado que eso.

Kirk levantó una ceja.

-¿Realmente cómo?

Kai se encogió de hombros, pero no encontró la mirada de Kirk.

-He estado en esto durante una semana -continuó Kirk -. Toda una maldita semana. Creo recordar que pensaste que te volverías loco después de tener que esperar unos minutos.

Kai levantó la mano en señal de rendición.

-Tienes razón. No estoy tratando de darte una mierda. Solo digo que no puedes sorprenderte de que aterrices en una pila cuando amenazaste con matar a sus amigos.

Kirk se levantó de su asiento, su ira sacando lo mejor de él.

-¡Esas pequeñas mierdas no son sus amigos! Son los bastardos que la arrastraron hasta aquí, la arrojaron a una zanja y la dejaron morir.
Matarlos no sería un asesinato. Sería justicia.

Kai se cruzó de brazos frente a su pecho y asintió lentamente ante cada palabra que Kirk decía.

-Estoy de acuerdo contigo -dijo-. Pero lo que pienso no importa.

No soy Mia.

Kai tenía razón en eso, al menos. Nada importaba excepto Mia.
Era verdad ahora. Sería cierto para siempre. Hasta el día de su muerte.
Kirk no necesitaba ningún mordisco para estar vinculado a ella.
Incluso ahora, podía sentirla en su sangre, latiendo a través de él, dándole una razón para vivir, para respirar, para que su corazón siguiera latiendo.

Pero ella también era la razón del dolor ardiente en el centro de su pecho. El anhelo de finalización que no podía negar. Solo Mia podía satisfacerlo. Solo entregándole cada parte de ella y dejando que se entregara a cambio.
Hasta que ella hiciera eso, él continuaría ardiendo.

Entonces, dejó que Kai lo culpara por usar amenazas para obtener lo que quería.

Lo que necesitaba.

Kirk envolvió sus manos alrededor de la baranda del porche y respiró hondo. El aire fresco llenó sus pulmones, pero no hizo nada para templar su sangre. En todo caso, solo empeoró su fiebre.

Podía olerla allí afuera. Débil y distante. Demasiado distante.
Mia y Katia, vagaron demasiado lejos. Todavía podía distinguir el leve zumbido de sus palabras y el suave golpeteo de sus pasos, pero no mucho más.

Pero también podía sentir algo más, algo que congeló su sangre: otro conjunto de pasos, incluso más ligeros que el de las Omegas. Más cuidadosos. Deliberadamente silenciosos.

Mierda.

La fiebre en la sangre de Kirk se convirtió en hielo en un instante. No podía ser.
Quizás no lo era. Tal vez estaba al límite, su vigilancia había aumentado hasta el punto de engañarlo.
Kirk olisqueó el viento. De nuevo solo olía a Omegas. No había otras personas.
Solo un extraño... la agudeza que luchó para apuntar con su dedo.

🐺Kirk🐺  "Finalizada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora